Ángeles Reyes Gutiérrez lleva casi un año esperando una llamada del Hospital Universitario de Canarias (HUC) para someterse a una operación que no llega. En diciembre de 2016 fue incluida en la lista de espera quirúrgica de la Consejería de Sanidad por una dolencia cervical que ha hecho que su calidad de vida y la de su familia haya empeorado considerablemente, y aún hoy permanece a la espera de poder ser intervenida.

Esta vecina de La Victoria padece parálisis supranuclear progresiva (PSP), una enfermedad para la que no hay tratamiento y que ocasiona síntomas similares al mal del párkinson, demencia y alzhéimer. Según explica su hija, Elena Reyes, "se trata de una enfermedad que no tiene cura, muy agresiva y muy rápida". Según los estudios, suele dar a personas mayores pero en el caso de Ángeles fue detectada cuando tan sólo tenía 60 años. Hoy tiene 63.

Los principales problemas de esta enfermedad son caídas frecuentes, dificultad para comer y hablar, todo ello unido a la demencia. En el caso de Ángeles, tal y como explica su hija, tampoco puede realizar movimientos con la cabeza, lo que hace que la afección se agrave debido a que tiene la C-3, C-4, C-5 y C-6 destrozadas, pinzando la médula ósea, provocando que el lado izquierdo del cuerpo apenas tenga sensibilidad y que se quede sin fuerzas.

A esto hay que unir que ya no puede levantar el cuello --está rígido-- y siempre tiene la cabeza mirando hacia el suelo, pues no la puede mantener derecha más de dos minutos porque le duele. En consecuencia, sufre caídas diariamente que le han llegado a causar heridas que han necesitado puntos de sutura, una derivó en una operación de muñeca y otras le han causado fuertes golpes y moratones, una situación que la familia tilda de "insostenible".

Ángeles tiene hoy día una discapacidad del 85% y un Grado III de dependencia. Su hija cuenta que hace casi un año aún era capaz de vestirse sola y se podía servir un plato de comida, pero hoy necesita ayuda para todo. Por las mañanas acude a un centro de día en Santa Úrsula y las tardes y las noches las pasa en casa con personas cuidándola porque se levanta continuamente. Tampoco se le puede dar pastillas para ayudarle a dormir porque podrían provocar que se caiga.

Elena Reyes ha presentado varias reclamaciones tanto en el Hospital Universitario de Canarias como en la Oficina de Defensa de Derechos de los Usuarios Sanitarios (ODDUS), al que ha escrito este verano explicándole su caso y exigiendo el derecho de su madre a ser intervenida con urgencia dada su situación. Sin embargo, lo único que ha logrado es obtener cita con el neurocirujano el próximo mes de diciembre.

La familia de Ángeles admite estar desesperada ante la delicada situación que padece, sobre todo cuando uno de los médicos que la atendió llegó a decir que si no se operaba se quedaría en silla de ruedas; por eso ruegan que se dé prioridad a su operación para intentar mejorar su calidad de vida, ya que las continuas caídas que sufre podrían derivar en la rotura de la cadera o, incluso, un mal golpe que acabe con su vida.

Solicitan que se estudie su historial mediante los informes del HUC, de Discapacidad y de la Ley de Dependencia y se proceda a operarla en el menor tiempo posible, ya que la situación para ella y para su familia es "desoladora".