La silla victoriera, un emblema de La Victoria de Acentejo, aspira a convertirse en Bien de Interés Cultural (BIC) para garantizar su conservación. El propio ayuntamiento lidera, desde 2014, el movimiento para tratar de que se reconozca y proteja el valor histórico y patrimonial de este mueble inspirado en la silla más sencilla del estilo inglés Chippendale, del siglo XVIII, que se adaptó a la idiosincrasia isleña y se hizo muy popular en todas las Islas entre los siglos XIX y XX.

En septiembre de 2013, el doctor en Historia del Arte Jonás Armas Núñez emitió un informe, a solicitud del consistorio, en el que concluye que la silla victoriera es "una pieza clave en la artesanía, los oficios tradicionales de Canarias y la producción artística insular, y una de sus más importantes creaciones muebles".

La simplificación y adaptación de aquellas sillas de estilo inglés dio origen a la silla victoriera. Armas Núñez explica que la silla inglesa fue traducida a los materiales insulares y se simplificó hasta popularizarse en el siglo XIX, aunque en La Victoria ya se elaboraba desde finales del siglo XVIII: "Su aceptación fue tal que forma parte del mobiliario doméstico popular tinerfeño, hallándose en inmuebles de todo nivel económico. De Tenerife pasó al resto de las islas, habiéndose inventariado en la totalidad del Archipiélago".

"La Victoria de Acentejo nunca fue el principal centro de producción de mobiliario insular -señala el informe-, pero sus carpinteros se especializaron en este tipo de creación", que en el resto de las Islas era prácticamente un artículo de lujo, ya que era necesario importarlo desde Tenerife. Los cargamentos de sillas salían desde El Varadero, en la desembocadura del barranco Hondo, en el límite entre La Victoria y Santa Úrsula, según explica Armas.

Ya hace cinco años, este historiador del arte advertía de la necesidad de evitar la desaparición de esta silla emblemática garantizando el relevo generacional: "Lo avanzado de las edades de los maestros creadores de estas originales piezas hace necesario el reconocimiento de su labor para lograr un mayor impulso y protección de este oficio artesanal, en verdadero peligro de desaparecer. Nos encontramos aún en un momento preciso para salvaguardar este saber y formar a futuros maestros de la silla victoriera, quizá la más significativa obra mueble del Archipiélago".

José Antonio Gutiérrez, carpintero de la calle Tanque de Ánimas, es uno de los últimos artesanos que elabora la silla victoriera. Toda la vida ha fabricado estas peculiares sillas que ahora crea con madera de morera y otras maderas nobles, "aunque antes solo eran de brezo y de castaño, que era lo que había en La Victoria".

Elaborar una silla al estilo tradicional lleva varios días de trabajo y, en casos como el de José Antonio, desde siempre se guió por el diseño de una silla antigua, que desmontó y uso como modelo "con todos sus detallitos".

En la carpintería de José Antonio se elaboraron todas las sillas que se encuentran en el salón de plenos del Ayuntamiento de La Victoria, desde hace más de 30 años.

La Victoria no quiere que desaparezca una silla que, según recalca Armas Núñez, es "un testimonio singular de la cultura canaria, muestra de adaptación y sincretismo de la idiosincrasia insular (...). La sencillez del isleño se plasmó en una silla, que aunque por sus líneas recuerda su origen inglés está marcada por la simpleza, con la decoración reservada para su inconfundible respaldo calado, con la forma de un haz de flechas con tres óvalos en la base".

Una petición que se inició en el año 2014

El grupo de gobierno (CC-PP) solicitó en el año 2014 al Cabildo Insular de Tenerife la incoación del expediente para la declaración de la silla victoriera como Bien de Interés Cultural (BIC). Recientemente, el Ayuntamiento de La Victoria de Acentejo recibió una comunicación de la administración insular en la que solicitaban al consistorio que aportara más documentación, así como apoyos de diferentes colectivos, para que la Comisión de Patrimonio Etnográfico analice la petición. Esa petición motivó que el pasado martes, el propio ayuntamiento iniciara una recogida de firmas para que todos los vecinos y colectivos que lo deseen puedan manifestar su apoyo a la protección, mediante esta declaración BIC, "del diseño y la técnica de creación" de esta peculiar silla, según destaca el alcalde, Haroldo Martín (CC).