La tradición volvió a resonar anoche en la mayoría de municipios del Norte de Tenerife. Los cacharros y las tablas salieron a las calles para celebrar la víspera de San Andrés con mucho ruido, castañas asadas y vino nuevo. Atrás quedan ya los tiempos en los que estas tradiciones estuvieron a punto de perderse y ayer volvió a quedar claro que las nuevas generaciones, con ayuda de colegios y ayuntamientos, no olvidarán que el día 29 toca correr los cacharros en el Valle de La Orotava y Acentejo o arrastrar las tablas por las calles más empinadas de Icod, La Guancha, Garachico o San Juan de la Rambla.

Desde primera hora de la mañana, alumnos de colegios de municipios como La Orotava o el Puerto de la Cruz empezaron a vivir el día de los cacharros. Ristras de objetos metálicos que armaron escándalo desde Aguamansa hasta la plaza del Charco. Y si los cacharros son la versión más tranquila y familiar de la fiesta, las tablas son la celebración de los más intrépidos. Un año más, las pendientes de Icod de los Vinos dejaron impresionantes imágenes de saltos y velocidad que ponen los pelos de punta. La de las tablas es, probablemente, la tradición más espectacular de la Isla.