El juicio contra la exalcaldesa de Santa Úrsula Milagros Pérez león (PP) y el ex primer teniente de alcalde Víctor Hernández Barroso (PSOE) quedó visto para sentencia sin que la Fiscalía ni la acusación particular modificaran su petición de penas para los acusados, que se enfrentan a una posible inhabilitación para empleo o cargo público durante un periodo de diez años.

En su alegato final, el fiscal recalcó que el delito de prevaricación ha quedado acreditado durante el juicio y que en todas las contrataciones había advertencias de ilegalidad de los técnicos. A su juicio, en estas contrataciones se ha vulnerado también el derecho de todos los ciudadanos a concurrir en condiciones de igualdad a un puesto de trabajo en el Ayuntamiento de Santa Úrsula.

El abogado de la acusación particular fue muy contundente y definió este caso como "una trama de falsos autónomos", con una "arbitrariedad grosera", en la que "se ignoran las advertencias de legalidad de los técnicos y se usa a una empresa pantalla".

Respecto a la arbitrariedad de las contrataciones, el abogado de la acusación dijo que ha quedado acreditada porque se contrató a "un periodista que no es periodista, un informático que no es informático, una arquitecta sin título homologado o un pedagogo para ejercer de psicólogo".

La exalcaldesa solicitó un último turno de palabra en el que defendió su inocencia, volvió a señalar a los técnicos y aseguró que sus decisiones siempre estuvieron regidas por "el asesoramiento de la secretaria, el abogado y el interventor municipal (...). Ellos siempre nos explicaban qué vía seguir en cada caso". También insistió en que la denuncia tiene su origen en una "venganza política".

Barroso también hizo uso de la última palabra para insistir en que "solo confiaba dentro del ayuntamiento en los técnicos, con quienes compartí cada uno de los proyectos y las contrataciones que planteé. Les consulté todo a cada uno de ellos: el abogado, el interventor y la secretaria. Nunca hice nada sin que ellos me lo permitiesen (...). Creo que soy inocente de lo que se me acusa".

Sus abogados defensores solicitaron la libre absolución.