Acabar con la plaga de termitas invasoras reticulitermes flavipes que afecta a la zona baja de Tacoronte, especialmente entre Juan Fernández, Tagoro, El Pris y Puerto de la Madera, requerirá años de trabajo. Un plazo aún imposible de determinar con exactitud que, en el mejor de los casos, rondará los 4 ó 5 años. El Ayuntamiento tacorontero anunció ayer, junto al biólogo David Hernández y la empresa especializada en control de plagas Apinsa, el inicio de las tareas para delimitar con exactitud las zonas a las que ha llegado este voraz insecto y empezar con la compleja labor de eliminar los termiteros subterráneos, en los que pueden llegar a vivir hasta 10 millones de termitas.

La presentación de esta primera fase se desarrolló en la zona verde pública ubicada junto a Tacoronte Garden, en la calle Juan Fernández, que es uno de los lugares donde los técnicos han detectado la presencia de la reticulitermes flavipes.

Los trabajos previstos en esta fase incluirán inspecciones visuales y la colocación de miles de estacas de madera (se han encargado 10.000), que se enterrarán en la zona baja del municipio para tratar de delimitar con mayor exactitud cuál es la extensión actual de estas termitas. Las estacas tienen unas hendiduras que quedarán selladas en las zonas donde vivan estos insectos, ya que según explicó Hernández, "tratan de evitar que entre la luz".

El responsable del área de tratamientos de madera de Apinsa, José Manuel Hernández, quiso aclarar que su empresa sí está autorizada y especializada para actuar contra este tipo de plagas, tras las críticas recibidas en el último pleno municipal. Su propuesta de actuación inicial pasa por la colocación de entre 100 y 120 estaciones portacebos que se entierran parcialmente para que estos insectos se alimenten con un inhibidor de la síntesis de la quitina. Un producto que impide el desarrollo del exoesqueleto de las termitas, lo que genera la muerte de los individuos en crecimiento y termina por acabar con los termiteros. El número final de portacebos instalados podría llegar a los 300.

La previsión inicial de Apinsa es que el procedimiento para erradicar esta plaga dure entre 4 y 5 años, aunque José Manuel Hernández reconoció que "al tratarse de la primera vez que se actúa contra este tipo de insecto en Tenerife, lo aconsejable sería ampliar el periodo posterior de control, que se establece en dos años".

Las conclusiones preliminares de los técnicos señalan que, al menos por el momento, la plaga tiene "una pequeña capacidad de expansión natural, que se concentra en el mes de diciembre, cuando los ejemplares alados salen para iniciar nuevas colonias". Casos como los detectados en Arona se deben, según Hernández, a la intervención humana al trasladar mercancías contaminadas.

Según el experto de Apinsa, "se calcula que la velocidad de expansión de esta plaga es, sin la intervención del hombre, de alrededor de un kilómetro cada 3 ó 4 años".

Una vez se instala en un lugar, no es fácil de eliminar. En una vivienda ubicada en una parcela de 200 metros cuadrados se detectaron hasta tres termiteros subterráneos, con entre 12 y 15 millones de termitas.

Estos insectos viven en el subsuelo, pero son capaces de atravesar, incluso, paredes de bloques o moverse a través de conducciones de electricidad. Su presencia en las viviendas suele resultar "muy evidente", aunque aún no hay datos oficiales respecto al número total de casas afectadas.

El Ayuntamiento de Tacoronte ha invertido 30.000 euros en esta primera fase de los trabajos de erradicación de la plaga, pero el alcalde, Álvaro Dávila (CC), insistió ayer en que en breve se habilitará una partida de 200.000 euros para ayudar a los afectados. "Por fortuna, el Consistorio de Tacoronte está saneado económicamente y vamos a colaborar, con la aportación económica que haga falta, para resolver este problema", recalcó Dávila.

El alcalde espera la firma del convenio entre el Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias para que "se tomen medidas que ayuden a evitar que la plaga se expanda por toda la Isla".

Valbuena (PSOE): "Es una competencia municipal"

El consejero de Medio Ambiente del Cabildo, José Antonio Valbuena, sostuvo ayer que las plagas son "una competencia municipal". Sin embargo, el riesgo que suponen en concreto estas termitas, ha impulsado al Cabildo a implicarse, "aunque no sea competencia insular ni regional". El consejero socialista detalló que están en fase de elaboración de un convenio entre la institución insular, el Ejecutivo regional y los consistorios "que se quieran sumar". Se usarán fondos del Gobierno de Canarias y del Cabildo para poder aportar ayuda y, sobre todo, la experiencia de Gestión del Medio Rural. "Eso no quita que los ayuntamientos puedan empezar a actuar, y deberían hacerlo, que es lo que nosotros demandamos", añadió Valbuena, quien reconoce que el presupuesto para resolver el problema ha variado: "Inicialmente eran 2,5 millones; después, 10, y ahora, unos 6". Según informó ayer el PSOE, Valbuena aseguró en un acto en el Club Tagoro que "si Tacoronte hubiese hecho un poquito más, estaríamos en otro punto y el problema no sería tan grave".