Vuelve a arremeter contra nosotros el chiquito que dirige un periódico canarión venido a menos en número de lectores y en otras cosas que luego comentaremos. uelve a la carga este imprudente y lo hace, como ha cogido por costumbre, en uno de sus editoriales dominicales, esta vez con aires de matón de tercera categoría o de isla tercera, pues lo mismo da. Nos acusa, entre otras impertinencias, de no tener el valor suficiente para citar a ese diario por su nombre. alor nos sobra y lo hemos demostrado publicando la verdad, opinando lo que en conciencia -y libremente- pensamos que debemos decir, criticando a los políticos, incluidos los necios y despóticos políticamente hablando, porque no dependemos de ellos ni jamás hemos necesitado su ayuda para seguir saliendo a la calle. Si no citamos a ese diario decadente y obligado a un ignominioso servilismo con el poder para no desaparecer es porque no nos da la gana de hacerle publicidad. Ya bastante se aprovecha de las subvenciones procedentes del dinero que pagamos en impuestos -al igual que todos los canarios- para que encima lo promocionemos gratis et amore. No hombre, no; ni cobardes, ni idiotas. Para cretinos políticos ya tenemos bastante con el que preside el Gobierno regional; alguien, lo repetimos una vez más para los olvidadizos a conveniencia, a quien criticamos como político, no como persona.

Acusar de miedoso a EL DÍA y a su editor invita a la carcajada. Son muchos los residentes en la tercera isla quienes nos han dicho que, mal que les pese, no les queda más remedio que leer nuestro periódico para enterarse de lo que ocurre en Canarias y también para acceder a una opinión plural; la que expresan nuestros articulistas y colaboradores sin otro límite que el debido respeto a las personas, porque en esta Casa siempre han tenido cabida todas las plumas decentes. Solo excluimos a la hez del periodismo.

Sin embargo, ese muchachito sigue sin ver la realidad y nos tilda de cobardes usando ciertos eufemismos porque él, que asimismo nos acusa de no hablar claro, es el primero que no habla claro. ¿No ve la realidad este bisoño atrevido porque también está escondido en un armario? Si es así, que no se preocupe porque con la misma facilidad con que hemos sacado a uno, lo halamos fuera también a él. Por cierto, nos llegan noticias desde Las Palmas de que el tatarita suele acudir ahora a los actos públicos, incluidos conciertos en el Alfredo Krauss, con su pareja cogidos los dos de la mano como tortolitos adolescentes, no sabemos si por un repentino apasionamiento o porque quiere seguir engañando a la sociedad "grancanaria" mostrando una condición que no es la suya por naturaleza. A la vejez, viruela. Pero sigamos.

No menos graciosa es la acusación de que el editor de EL DÍA está nervioso ante el juicio al que se enfrentará el día 1 de febrero por una denuncia de Rivero y compañía. Otra vez, de pura risa. Para empezar, la información sobre la fecha de esta vista no la obtuvo el muchachito bisoño indagando en los juzgados, ya que como periodista es muy cortito. El dato se lo dio el pajarraco de Las Palmas, que a su vez lo obtuvo de su querindanga. Sentarnos en el banquillo no nos pone nerviosos porque confiamos en la Justicia y en la profesionalidad de los magistrados. Si nos condenan, recurriremos hasta donde podamos. Eso sí, por el camino se irán conociendo muchas cosas.

Nervioso debería estar el que informa al muchachito de los editoriales ante la quiebra económica de su empresa. ¿Le ha informado este individuo del procedimiento concursal que ha solicitado ante el Juzgado de lo Mercantil número uno de Las Palmas? Para aclaración a los lectores que desconocen el farragoso lenguaje jurídico, un proceso concursal equivale en la práctica a lo que antes se denominaba una quiebra. No tener dinero con qué pagar los sueldos, ni las facturas, ni a ningún acreedor sí es motivo para estar nervioso. ¿Se da cuenta de esto el chiquito de los editoriales de matón chulesco?

Parece que no. Parece que ni él, ni su jefe saben a estas alturas que ponerse en manos de un político, máxime si es un político con la categoría de su actual mecenas, es pan para hoy y hambre para mañana. La gente no es tonta. Los lectores se dan cuenta enseguida de quién es quién. Nos gustaría dar los nombres -no podemos hacerlo por ética profesional- de algunas de esas personas de Las Palmas que nos han dicho que solo pueden confiar en EL DÍA. Entre nuestros comunicantes hay importantes cargos públicos de esa isla. Más aún, hay periodistas que trabajan en el medio dirigido por este muchachito que se avergüenzan de tanto servilismo a Rivero. Nada menos que cinco páginas le han llegado a dedicar un domingo al déspota político que los subvenciona. Esa sí que es una indecencia. Sabido es que ningún camello se ve su joroba, pero, ¿no tienen ese chiquito y su jefe un amigo que les diga la verdad como el espejo a la madrastra de Blancanieves?

Sí; el viernes nos sentaremos una vez más en el banquillo de los acusados. Lo haremos por haber pedido que se aclare un asunto que afecta a una pareja de políticos en su faceta política y no, como el tatarita que informa al atrevido de los editoriales desafiantes, por haber mancillado el honor de unos jóvenes deportistas, a los que ha tenido que pagar una cuantiosa indemnización tras ser condenado judicialmente. ¿Qué es peor, criticar a Rivero y esposa o arrasar la dignidad de unos chicos, casi unos adolescentes, sin posibilidad de defenderse en los medios de comunicación porque no tienen dinero para comprarlos con subvenciones?

Nos sentaremos en el banquillo con dignidad en la confianza de que los jueces procesan por indicios, pero deben condenar con pruebas que se ajusten a la verdad de los hechos. Y la verdad es que la información sobre los papeles de México la dieron a conocer tres medios antes que EL DÍA: el portal de Internet KanariLeaks, el diario Abc de Madrid y una emisora local de radio. Ninguno de los tres ha sido objeto de denuncia alguna por parte de Paulino Rivero y Ángela Mena. ¿Por qué? ¿Por qué no lo investiga el tatarita, el muchachito de los editoriales bravos y cualquier otro periodista de estas Islas o de fuera de ellas? ¿Es que les pagan al pajarraco y al tatarita para que no investiguen? Esto lo preguntamos, no lo afirmamos.

En el citado portal de Internet se dijo, en fechas posteriores a la publicación de los controvertidos documentos, que no se puede afirmar su autenticidad, pero tampoco negarla. Esa es la misma línea informativa y editorial que ha seguido EL DÍA desde el primer momento. Pese a ello, EL DÍA es culpable hasta que no se demuestre lo contrario, mientras que los demás son inocentes se demuestre o no se demuestre que lo son. Esta no puede ser la Justicia que se imparte en Canarias, aunque Canarias sea una colonia española, simplemente porque entonces no sería una Justicia justa.

La realidad es que a Rivero y a sus secuaces políticos les interesa cerrar EL DÍA. Como no ha podido comprarnos, pretende que desaparezcamos. Por eso nos denuncia solo a nosotros. Si lo que le importase fuese su honor, el próximo viernes nos acompañarían en el banquillo como mínimo Abc y KanariLeaks. Pero como no es el honor sino el silencio de EL DÍA, junto con el dinero de la condena para terminar la mansión de El Sauzal, lo que le interesa al necio político que preside el Gobierno de estas Islas, leña a José Rodríguez porque es el editor de EL DÍA, y no este incompetente mago político, el culpable de que Canarias tenga casi 400.000 parados. En definitiva, somos culpables de todas las desgracias. Del hambre. Del caos económico, sanitario, educativo, comercial, social... De la corrupción y de la inmoralidad de determinadas subvenciones directas e indirectas. Del colonialismo destructor y ladrón, y de la peste medieval en que nos ha sumido el déspota y tirano político que ha destrozado Canarias.