En la fachada marítima de aquel Santa Cruz del pasado siglo destacaban unos edificios que desde su altura se convertían en privilegiadas atalayas desde las que escudriñar la línea del horizonte y dar aviso a las consignatarias y navieras sobre la inminente llegada de vapores y pailebots a la bahía chicharrera. A día de hoy, aún se conserva en ese vértice que forman la calle de La Marina con la avenida Francisco La Roche un inmueble, coronado por un torreón, que pasado el tiempo se ha reconvertido en asiento de locales de restauración, como el caso de Il Ristorantino, que anuncia, como antaño, la presencia de una nueva propuesta gastronómica en la ciudad.

Ya se sabe que los italianos han extendido por el mundo su singular gastronomía, una bandera al viento, orgullo nacional, pero que a pesar de su riqueza casi siempre se suele reducir a la simplicidad de las pizzas y la pasta, olvidando el resto. Afortunadamente, existen excepciones a esa cocina tan sobrada de tópicos.

Karmine Parisi, conocido popularmente como chef Ka, está resuelto a darle un giro a esta falacia, confiado en convertir este local en una verdadera trattoria, ese establecimiento de carácter familiar y ambiente relajado, de auténtica cocina casera donde mostrar la verdadera esencia de su país. No es fácil en un lugar concebido para agradar al turista que desembarca de los cruceros o a quienes mantienen una idea preconcebida sobre la cocina italiana. De ahí que la fórmula para alcanzar este propósito se sostenga en varios fundamentos básicos: una serie de platos delicados, elaborados con una cuidada técnica, pero sobre todo sabrosos y también sugerentes. Ese es el empeño desde el que construir una carta original.

Karmine Parisi está resuelto a convertir Il Ristorantino en una autentica trattoria, ese establecimiento de carácter familiar y ambiente relajado

El recibimiento en la terraza tiene sabor a tomate seco, hidratado y servido en forma de pasta. Y llama la atención que la propuesta de vino tenga apellido italiano –ya podrían copiarlo muchos otros ofreciendo referencias canarias–, en concreto un Cabianca, de uva brachetto, espumoso ligero que abre la secuencia de platos, un delicioso buñuelo sobre crema de trufa, con suero de parmesano, guanchale y terminado con orégano.

El chef Ka viaja entonces de norte a sur, con una combinación original de burrata y un tartar de atún, además de germinados y la compañía de la exquisita trufa negra.

Con la pizza, al verdadero estilo napolitano, bordes huecos y esponjosos, hasta con restos quemados, el chef reivindica el origen de un producto prostituido, con el garum en pipeta, anchoa, aceituna negra y además proponiendo la interacción del comensal, animándolo a tomar los tomates en rama y añadirlos a la pasta.

Los fusilloni, esa pasta con forma helicoidal, sabe a gloria y los canelloni del Piamonte, con ese sabroso relleno de carne, el queso espolvoreado y la excepcional trufa negra.,

(Il Ristorantino, Avenida Francisco La Roche, Santa Cruz de Tenerife; martes a sábado, de 13:00 a 23:00; domingo de 13:00 a 18:00 horas; tfno: 822 90 50 69).