La comida puede quedar salada por diversas razones: un descuido, una nueva receta con más sal de lo habitual, o ingredientes curados como el jamón o el queso que aportan más sal de la prevista. Un plato que normalmente sería delicioso puede volverse incómodo de comer por el exceso de sal, y también perjudicial para la salud.

La situación es más grave si necesitas una baja ingesta de sal por razones médicas. La Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo moderado de sal incluso para personas sanas.

El consumo excesivo de sal en la dieta puede provocar retención de agua en el cuerpo. Con el tiempo, esto puede llevar al desarrollo de hipertensión arterial, un factor de riesgo importante para enfermedades cardiovasculares como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Además, cuando echamos demasiada sal, los riñones pueden tener dificultades para eliminar el exceso de sodio, lo que puede provocar daño renal a largo plazo. La hipertensión arterial también puede contribuir al daño renal. Puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón al contribuir al endurecimiento de las arterias y la acumulación de placa en las paredes arteriales. Puedes sentir un hinchazón en áreas como las manos, los pies, los tobillos o el abdomen debido a la retención de líquidos en el cuerpo. Incluso, puede causar molestias y contribuir al aumento de peso.

Diferentes tipos de sal. El Día

Se ha demostrado que el exceso de sal en la dieta está asociado con un mayor riesgo de resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 y síndrome metabólico, una combinación de condiciones que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes. Algunos estudios han sugerido que un alto consumo de sal puede estar asociado con una pérdida de densidad ósea y un mayor riesgo de osteoporosis en mujeres posmenopáusicas. Esto se debe a que el sodio en la sal puede aumentar la excreción de calcio a través de la orina, lo que puede debilitar los huesos con el tiempo. La relación entre el consumo excesivo de sal y un mayor riesgo de cáncer de estómago es más común de lo que piensas. El consumo regular de alimentos muy salados puede dañar la mucosa del estómago y aumentar la inflamación, lo que puede contribuir al desarrollo de cáncer en este órgano.

Por todo esto y para que no tengas que tirar una comida por haberte pasado con la sal, te vamos a enseñar el truco que usan todos los chefs, porque a ellos alguna vez también les ha quedado salada alguna receta. Así que apunta cómo salvar un plato que nos ha quedado con un elevado contenido de sal.

Echar sal a un guiso El Día

Métodos más comunes

  1. Añadir líquidos sin sal: La solución más efectiva es diluir la concentración de sal añadiendo líquidos sin sal. Para guisos y salsas, esto puede significar agregar agua o caldo sin sal. En el caso de las salsas, puedes añadir agua con un poco de fécula de maíz para espesar.
  2. Usar ingredientes sin sal: Si el exceso de sal es elevado, es mejor añadir más del mismo caldo sin sal usado en la receta. Muchos chefs preparan sus caldos sin sal para poder ajustar la sazón durante la cocción.

Soluciones prácticas para diferentes tipos de platos

  • Guisos y salsas: Añadir líquido sin sal para diluir la concentración de sal. Si el plato aún resulta salado, usar el caldo como base para otras recetas.
  • Alimentos sólidos: Las carnes, verduras y pescados cocinados en exceso de sal pueden reutilizarse en otras preparaciones. Las verduras pueden incorporarse en purés, el pescado en untables tipo brandada, y las carnes en croquetas o salteados.

Alternativas ingeniosas

  • Reutilización: Los caldos y salsas demasiado salados pueden servir como concentrados para otras recetas, aportando sabor en pequeñas cantidades, similar a las pastillas de caldo comerciales.

Siguiendo estos consejos, puedes manejar el exceso de sal en tus comidas y evitar desperdiciar ingredientes. Adapta estas técnicas según el tipo de plato y la cantidad de sal, asegurando siempre una comida sabrosa y saludable.