Opinión

Pedro Alfonso

Desde la prehistoria al siglo XXI

Desde la prehistoria al siglo XXI

Desde la prehistoria al siglo XXI

Nos encontramos con la paradoja de tener un 17% de paro en las islas, deberíamos tomar estos datos con cautela, debido a los efectos negativos que ya se van notando de la contrarreforma laboral que ha aprobado el gobierno, marcando un récord de 300.000 despidos en el primer cuatrimestre estatal de 2023, y la total falta de aportación positiva al incremento de PIB per cápita de los fijos discontinuos.

Curiosamente, según los datos actuales, los salarios españoles están más en línea con los europeos que la productividad.

Así mismo, la temporalidad en las empresas privadas ha bajado hasta el 24% de los contratos mientras que en las AA. PP. Se mantiene en el 31%.

Sorprendentemente hay varios sectores que no pueden satisfacer la contratación con residentes en las Islas, por lo que demandaremos la apertura de un debate sosegado en la sociedad para encontrar los motivos, que pueden ir desde una formación insuficiente y apartada de la realidad económica, a unas condiciones de trabajo que no cubren las aspiraciones personales, o a un cambio en la la prioridad del trabajador entre el subsidio y el salario.

Suenan tambores de austeridad desde Bruselas, y nos ha cogido con la decepción de las reformas necesarias de la economía y la capacidad de inversión de unos recursos europeos que nunca han llegado a tal magnitud.

El cumplimiento de las reglas fiscales se impondrá por la Comisión Europea como exigencia fundamental para la sostenibilidad de las finanzas públicas, siendo requisito necesario, para recibir los fondos europeos comprometidos que tanto necesita la economía real para acometer una reforma vigorosa y sostenible.

Los empresarios europeos y por extensión españoles y canarios, hemos pedido a la presidencia española de la Unión Europea, una profunda mejora de la competitividad en la que ofrecemos diálogo franco y moderado, alejado de la radicalidad y de la ideología.

Estamos preocupados por la situación, pero no alarmados.

Si hacemos los deberes saldremos adelante porque tenemos un tejido empresarial comprometido y con ganas de recuperar el crecimiento y el empleo.

Pero también necesita de un compromiso público serio y corresponsable, alejado de una política de confrontación.

Para ello, necesitamos a nuestro lado y remando en la misma dirección, una administración pública moderna y ágil, alejarnos de la excesiva carga regulatoria y simplificación administrativa, el control del absentismo injustificado, la erradicación de la economía sumergida, a recuperar la necesaria seguridad jurídica, el control de la alta deuda y del déficit público.

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