Opinión | Retiro lo escrito

La no-comisión

La agenda de la comisión ha demostrado ser escasamente flexible y operativa, y no deja de asombrar tanto torpe adanismo entre políticos con experiencia

Archivo - El exasesor del exministro José Luis Ábalos, Koldo García, comparece en la Comisión del Senado sobre la investigación de las mascarillas durante el COVID-19, a 22 de abril de 2024, en Madrid (España).

Archivo - El exasesor del exministro José Luis Ábalos, Koldo García, comparece en la Comisión del Senado sobre la investigación de las mascarillas durante el COVID-19, a 22 de abril de 2024, en Madrid (España). / Eduardo Parra - Europa Press - Archivo

Lo más divertido de la no-comisión de investigación de ayer son las esperanzas en conseguir el testimonio de Koldo García que expuso su presidente, Raúl Acosta, de profesión herreño. Ya se sabe que el exasesor de José Luis Ábalos no ha podido ser localizado ni por la policía ni por la guardia vil, así que no sido posible convocarlo. Pero, según contó ayer Acosta a los periodistas, “una inquilina” que habita en un edificio donde García tiene una vivienda aportó a los agentes policiales una nueva dirección. Supongo que García estará ahí sentado, en camiseta por la calor, esperando que suene el timbrazo admonitorio.

--¿Es usted Koldo, no? Pues queda citado por la comisión de investigación del Parlamento de Canarias.

--¿Cómo ha podido enterarse, agente? ¿Con que medios cuenta, cuál es su método de investigación?

--Simplemente soy herreño.

--Entonces era inevitable.

--Usted lo ha dicho. Venga, vamos a coger el ferry y no se mueva, que le estoy apuntando con una quesadilla.

Ayer tampoco apareció por la Cámara Juan Manuel Pérez, el empresario grancanario que puso el foco sobre las irregularidades del llamado “caso mascarillas”: igual el hombre ha perdido interés. A otras dos personas tampoco se las espera ya: ni a Carlos Sánchez, de la compañía ASJ SAU, ni Agustín Manrique de Lara, presidente de la Confederación Canaria de Empresarios en 2019 y 2020, porque un tanto repentinamente el PSOE ha renunciado a preguntarle nada, como era su intención inicial. Tal vez se lo hubieran citado en el Claridge’s de Londres al señor Manrique de Lara no le hubiera molestado acudir. Al parecer la comisión no reanudará sus trabajos, por decir algo, hasta la próxima semana, cuando sí están confirmadas las comparecencias de Lluís Serra, rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canara, y Beatriz González, experta en Economía de la Salud, convocados en su calidad de ex miembros del celebérrimo Comité de Gestión de la Emergencia Sanitaria, convocado por el Gobierno autonómico.

Tal vez –solo tal vez – la comisión de investigación ha errado en su planteamiento. Un planteamiento un tanto confuso. ¿Por qué convocar prioritariamente a Koldo García y en cambio no incluir entre los convocados a José Luis Ábalos, uno de los ministros de Pedro Sánchez con mayor relación con Canarias por cierto? ¿Por qué no preguntar directa y explícitamente a los funcionarios técnicos – jefes de servicio, jefes de sección -- del Servicio Canario de Salud y de la Consejería de Sanidad? ¿Por qué excluyeron –al menos en los primeros meses de funcionamiento – a los políticos locales, entre ellos, Ángel Víctor Torres, Julio Pérez o Antonio Olivera, mucho más fácilmente localizables? Vaya usted a saber. Pero lo cierto es que la agenda de la comisión ha demostrado ser escasamente flexible y operativa, y no deja de asombrar tanto torpe adanismo entre políticos con experiencia. Me empieza a invadir una sensación molesta. Una suerte de sospecha. La comisión se ha montado así, sobre esta ordenancismo bobalicón, porque, en el fondo, nadie está realmente interesado en ella. Más aún: nadie cree que un mecanismo de esta naturaleza pueda aclarar absolutamente nada. Más que escuchar a Manrique de Lara o a Beatriz González me gustaría saber cuáles son ahora mismo nuestros recursos frente a una nueva pandemia (los stocks de mascarillas, material quirúrgico, trajes de protección, respiradores, planes específicos de reforzamiento de los servicios de urgencias) y qué ha sido de las reformas de establecimientos públicos que se avanzaron en 2019 y 2020. Tenemos la sanidad transferida y deberíamos poder debatir, aprobar y promulgar una ley de pandemias de Canarias.

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