Opinión | Crónicas de otro tiempo

Francia vota la muerte de Europa

Marine Le Pen celebra su victoria electoral.

Marine Le Pen celebra su victoria electoral. / MARINE LE PEN / X

Es probable que Marine Le Pen suavice su discurso si alcanza el poder tras la segunda vuelta de las legislativas francesas. Lo ha hecho Meloni en Italia, que ya no se muestra tan euroescéptica, quizás para atraer la simpatía de los votantes moderados o puede que alarmada cuando le explican lo que ocurriría si se desploma la zona euro. El problema estriba en la tensión política interior, como también sucede en España, lo que obliga a ponerse las gafas de cerca, las nacionales, y dejar a un lado las de lejos, las europeas. En Inglaterra lo saben bien, con un Brexit votado en referéndum y cuyos perniciosos efectos hacen que muchos se pregunten si fue una buena idea. No menos importante es el trabajo de desinformación que busca destruir la unión europea y que tiene en Putin a uno de sus principales activos. El recurso del sentimiento identitario y la necesidad de protegerse de los desafíos que plantea la inmigración agudiza el temor a la pérdida de lo propio, y conduce directamente a las soluciones que propone la ultraderecha. El libro de estilo de Trump, su mensaje desacomplejado en la forma y en el fondo, es el referente si se quiere conectar con amplias capas de una sociedad fragmentada y consumidora de recetas para aliviar el miedo. Ruido y furia son los ingredientes necesarios para patear un sistema manejado por élites corruptas al grito de libertad, una palabra símbolo de la izquierda que ha cambiado radicalmente de bando. La historia se repite, es la hora de los líderes fuertes, defensores de la patria, valedores de la familia tradicional, esencia y orgullo, y del proteccionismo económico para salvarnos de la globalización y sus élites corruptas. La esperanza está en la Agrupación Nacional de Le Pen y para cuando fracasen sus políticas, quizás Europa ya haya muerto.