Jorge González, un joven ganadero de la Isla, ha regalado un lote de 25 ovejas, de entre 20 y 25 kilos de carne cada una, a Cáritas Diocesana de Tenerife para las personas más necesitadas, después de que no pudiera venderlas a un precio justo y rechazara ofertas de hasta 30 euros por cabeza, la mitad de lo que habitualmente se paga por cada uno de estos animales.

Las ovejas fueron sacrificadas y preparadas en diferentes lotes, en cuatro "cuartos", en el matadero insular, instalación propiedad del Cabildo de La Palma, que no cobró por estos servicios.

Jorge González, que desde el principio dejó claro que no quiere "ningún tipo de protagonismo", reconoció que las ovejas que regaló "las tenía que sacar de la explotación para reponerlas por otras más nuevas. Son animales sanos, con una buena carne, de la que comemos mi familia y yo, y que tienen un precio. Normalmente se pagan unos 60 euros por cada una. Sin embargo, después de un tiempo intentando venderlas, sólo recibía ofertas muy inferiores al precio real de cada oveja, hablamos de 25 ó 30 euros. Estoy convencido de que era para especular y con mi trabajo no me gusta que se juegue. Para que hagan negocio con lo mío, me doy el gusto de regalárselas a gente que lo necesita".

El joven ganadero fue contundente al afirmar que "estoy cansado de que a lo mío le pongan precio otros; que se intenten reír de mí los especuladores. En la vida, aunque también me hace falta, no todo es el dinero. Yo hago inversiones fuertes para que luego se intenten reír de mí. Prefiero que la carne se la coma gente con necesidades; darles un día de alegría a un montón de personas. Ese gusto no me lo quita nadie".

Por su parte, Javier Gutiérrez Rubio, coordinador de Acción Social de Cáritas en Tenerife, confirmó a esta redacción que "las ovejas se recibieron y ya se están comiendo. Ha sido una donación muy importante, de la que estamos enormemente agradecidos", advirtiendo de que "hay que tener en cuenta que tenemos varias casas de acogida para inmigrantes, personas sin hogar y familias que necesitan de comida, y la carne que nos llegó desde La Palma se está utilizando para comer algunos días de la semana".

Gutiérrez dijo que "tenemos dos casas de inmigrantes musulmanes que, por su cultura, hay determinadas carnes que no pueden comer y, sin embargo, la carne de oveja es su preferida. Gracias a Dios contamos con muchas donaciones, sobre todo una de pescado casi todas las semanas, pero de carne es la que menos recibimos y ciertamente la donación de este ganadero palmero nos ha venido muy bien".

El representante de Cáritas hizo especial hincapié en que "además de la donación del ganadero, que ha sido lo principal, también queremos remarcar el servicio que nos prestó el matadero insular de La Palma, que nos hizo la labor encomiable del sacrificio de las ovejas, prepararlas y dividírnoslas en cuatro partes, ya que enteras era muy complicado luego manejarlas en cada casa. No nos cobraron nada, lo que agradecemos enormemente. La verdad es que ha sido un cúmulo de colaboraciones para que al final la carne de las ovejas esté aquí".