El primer teniente de alcalde y responsable de Urbanismo, Seguridad Ciudadana y Obras y Vivienda de Santa Cruz de La Palma, Juan José Cabrera, ha comunicado a sus compañeros de partido su decisión firme de regresar a su puesto de trabajo en la banca, aunque manteniendo sus responsabilidades en el ayuntamiento.

Esta postura es, cuanto menos, sorprendente, teniendo en cuenta que se trata del líder del Partido Popular en la capital, de unos de los políticos más activos en el gobierno local y que a partir del próximo mes de diciembre deberá asumir, según el pacto firmado con el Partido Socialista, la Alcaldía. Fuentes cercanas al concejal afirman que "volverá a la banca de forma inmediata, en una decisión bien meditada y motivada exclusivamente por razones personales".

Cabrera debe velar por obras tan importantes y del calado de la nueva playa, el desarrollo del parque subacuático o la futura plaza de la Constitución. Sin embargo, aunque pasará a tener una dedicación parcial, mantendrá todas sus áreas. "Los que lo conocemos sabemos que sacará horas de donde sea para poder atender sus compromisos", dicen fuentes vinculadas a su formación política. Además, "ha dado un impulso muy importante a muchos proyectos que ahora dependen del trabajo técnico y otros asuntos, como la entrega de las viviendas de Galguén, que están casi finalizados. La playa, por ejemplo, avanzará esté con dedicación exclusiva o no y si surgen algún problema que precise de su mediación, lo resolverá".

En el PP también se tiene en cuenta que es una cuestión provisional, ya que volverá a dejar su puesto de trabajo en diciembre cuando tenga que asumir la Alcaldía, después de los dos años y medio del socialista Sergio Matos al frente de la ciudad. Eso siempre y cuando se mantenga el pacto de gobierno y el PSC deje el sillón.

Sea por razones personales, como dicen sus allegados o también motivado por temas políticos, la decisión del primer teniente de alcalde supone, en principio, un ahorro para las arcas públicas, ya que no está previsto aumentar a cambio las retribuciones de ninguno de sus compañeros de partido.

Cabrera Guelmes está liberado y le cuesta al ayuntamiento 3.700 euros brutos al mes (el triple que con dedicación parcial), una cifra que aunque sea elevada es inferior a la que percibía en CajaCanarias o a lo que ingresará de La Caixa desde que se incorpore. Una pérdida de poder adquisitivo que han sufrido otros responsables políticos al servicio de la corporación local. El ejemplo más reciente es Antonio Acosta (CC), trabajador de La Caixa y que cobraba menos cuando la pasada legislatura fue concejal de Obras que en la actualidad en su puesto de trabajo.

Eso sí, son los casos más raros, ya que una gran parte de los políticos que están con sueldo en los ayuntamientos tienen ahora mejor nómina que en sus puestos de trabajo. Además, estar en política es una elección personal. Está el que quiere.