Sergio Matos llegó a la Alcaldía el 11 de junio de 2011. Hoy, dos años y medio después, dejará el cargo. Lo hace por decisión propia, en cumplimiento del pacto firmado con el Partido Popular. Si hubiera querido, en uno de esos arrebatos que a veces provoca la fiebre del poder, seguiría en el sillón. Con tan solo llamar a la puerta de CC tendría el mando hasta 2015. Los nacionalistas le pondrían una alfombra roja a la entrada. Con velas, incluso, si fuese de noche. Y justificaciones para hacerlo siempre se encuentran. Que le pregunten a "Chema" en Los Llanos de Aridane. Pero no. Cumplirá con su palabra y el "popular" Juan José Cabrera Guelmes asumirá el bastón de Santa Cruz de La Palma. Será de forma provisional hasta el pleno de investidura.

Matos llegó al despacho de regidor local de forma temblorosa. Incluso hubo dudas en el PSC cuando fue nombrado candidato. No tenía experiencia y, para qué engañarse, tampoco despertaba eso intangible que denominan carisma . Su tarjeta de presentación se resumía apenas a la tarea de asesor del grupo socialista en el Cabildo de La Palma. Eso de asesor que a la postre se traduce, aunque no siempre, en auxiliar administrativo: hacer los recados. Era una apuesta de Anselmo Pestana. Ese fue su aval.

El todavía alcalde fue creciendo hasta convertirse en un regidor estable. Sin grandes elocuencias, pero evitando todos los "charcos" en asuntos tan espinosos como las obras de la playa, la instalación de los parquímetros o los disgustos con la patronal del casco histórico. Siempre tuvo una trinchera y ha sido inteligente para saber, incluso ahora, que seguir con el PP es hundir a CC. Y eso le conviene. Dos años y medio después de su toma de posesión, nadie discute su liderazgo en su comité local. Será mejor candidato en 2015.

Matos tiene otra cosa a su favor. El PSC no le castigará por dar el poder al PP. Son esas situaciones extrañas que sólo saben explicar los políticos y los trileros. Los consejeros socialistas viven la amargura del destierro por pactar con los populares. "No es lo mismo", dice la corte de José Miguel Pérez. El caso de la capital ya fue juzgado a principio de legislatura, en un expediente que se cerró a favor de los ediles. Fue después de que Manuel Marcos Pérez, el que ahora manda en la gestora, negociara todos los pactos entre socialistas y populares. Negociaciones, en las que, por cierto, el reparto en la Alcaldía de Santa Cruz de La Palma era equitativo. Dos años de legislatura para Sergio Matos y el resto para Juan José Cabrera. Un acuerdo tan solo verbal que Asier Antona, más "verde" que el saucero, se tragó resignado. Aquel pacto de caballeros, o como se diga, no se tradujo en lo firmado, donde el candidato socialista ganó seis meses más de mandato. Por eso, y solo por eso, el cambio de poder se produce ahora, en diciembre.