Ni controlado ni acotado. El incendio forestal declarado al mediodía del miércoles en la zona de Jedey, en el municipio de El Paso, se "agarra" a cualquier rescoldo para sobrevivir. Quema todo lo que encuentra a su paso y ya se encuentra en la comarca Este. Al cierre de esta edición, los esfuerzos en esta zona estaban centrados en retenerlo en el Llano de las Moscas, ya dentro de la Villa de Mazo, y evitar que descendiera en busca del refugio de El Pilar, en Breña Alta, donde avanzada la tarde se acumulaban cubas preparadas para lo que tocara, bajo la mirada del alcalde, Jonathan Felipe, pegado al operativo.

Pero no es un fuego localizado en un punto. Se habla de forma oficial de 3.500 hectáreas afectadas, aunque quizás sea una estimación demasiado optimista. Lo grave es que el incendio tiene otro frente dando coletazos cerca del casco urbano de Fuencaliente, que está en serio peligro. El mismo que hace siete años fue brutalmente castigado. Está tan cerca de las viviendas, tras superar un último cortafuegos, que avanzada la noche daba miedo. En el sur se aventuraban unas horas demasiado complejas.

El sufrimiento, en realidad, comenzó mucho antes. Jedey vivió otra madrugada de "muerte". Para ser exactos, no hubo que esperar tan tarde. Sobre las once de la noche del jueves, quizás un poco antes, el fuego volvió a tocar las puertas de sus casas, con familias enteras evacuadas sobre la marcha. A la gente le costaba dar un portazo y dejar todo por detrás. Pero el olor a quemado entraba por las ventanas. Era la cola del frente sur, ese mismo que todavía hoy, en su "cabeza", genera desconcierto.

Fue desesperante hasta decir basta. De cuando se dispara la adrenalina. Llegas a pensar qué se le habrá pasado por la cabeza al joven detenido al causar el siniestro para prender el papel higiénico con el que se limpió... De noche se sufre más. Las referencias son peores. En la parte alta de Tamanca se quemó alguna bodega. El fuego estaba allí mismo: casi pegado a la casa de Susa (la exalcaldesa), detrás del bar de Marita. Si dabas la vuelta, comprobabas que la montaña del Bodegón Tamanca también se había visto afectada. Incluso en el propio establecimiento de restauración se hicieron esfuerzos por sacar varias bombonas. Sí, ni ellos veían claro que el calor no llegara al negocio. Varias cubas "daban" manguera para que las llamas no cruzaran la carretera. También hubo que evacuar gente, siempre de forma provisional, de las Manchas de Abajo. Fueron apenas un par de horas, en las que se pensó en lo peor. Los esfuerzos de todos pararon el fuego. Bueno, también ayudó, en ese momento sí, el viento, que acabó por alejar el incendio.

Otra lengua de fuego había burlado el operativo para poner en pie a Fuencaliente. El sur se estaba llevando la peor parte. La Guardia Civil había solicitado la evacuación de todo pueblo, pero la gente, mucha, decidió concentrarse en la plaza. No creen que deban irse a la primera. Las llamas ya habían pasado por El Charco, también bajó a Las Indias donde se "comió" un pajero e incluso "tocó" La Fajana, el pinar junto a las viviendas, espacio en el que el personal de tierra logró controlar el incendio.

El "susto", al menos el primero, duró hasta el amanecer, justo hasta la salida del sol, cuando se lograron parar las llamas que se acercaban a Los Canarios. En las inmediaciones del campo de fútbol.

Mientras, el fuego que tiraba al monte parecía ralentizado en la zona de la Barquita. En esas primeras horas se llegó incluso a pensar, al menos los más optimistas, que ayer mismo se podría perimetrar. "No está avanzando y el objetivo es contenerlo", reconoció incluso el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, en su primera comparecencia del día. Luego daría una segunda junto a la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, que se desplazó a La Palma para conocer el alcance de lo que estaba ocurriendo. Clavijo vive (o casi) estos días en el puesto de mando del siniestro. Y en ese momento tenía razón. A las once de la mañana todo pintaba "de perlas".

El cielo estaba lleno de helicópteros. También aviones contra incendios. Sumaban una docena, en un despliegue nunca visto en La Palma, ni tan siquiera en los anteriores grandes fuegos forestales. Pero lo peor es que a las llamas pareció darles igual. Al mediodía, tras unas horas de respiro y con 40 grados de temperatura, vuelta a la "guerra". Aviso otra vez de evacuación de Los Canarios. La gente del pueblo se resiste de nuevo a irse. Ahora es la Policía Canaria la que invita, a su manera, a abandonar el pueblo. Las llamas volvieron a bajar en busca de la zona poblada. También por Jedey había rebrotado el fuego. Fue, en principio, poca cosa. Lo duro estaba más al sur. El trabajo por tierra y aire se centraba mayormente en salvar Fuencaliente. Por encima de la gasolinera Pcan, los pinos ardían. La tarde se acabó. Llegó la noche. Pintaba mal.

Este fuego es demasiado extenso. Te agota. Casi sin esperarlo, el frente más en el bosque comenzó a tirar para arriba con más fuerzas. Superó los límites de El Paso y alcanzó Villa de Mazo. En la parte alta, en el Llano de las Moscas, justo donde se encuentra una vivienda utilizada por estudiantes y otros colectivos. Allí daba tumbos.

Hoy será otro día caliente.

Se va incrementando el número de hectáreas que se están viendo afectadas por el incendio declarado el pasado miércoles. Los datos oficiales habla de unas 3.500, pero pueden ser incluso más.

SUSTO EN EL NOROESTE

Conato de incendio controlado en Tijarafe

Cuando el operativo contra incendios se encontraba inmerso en la lucha por acorralar al fuego que se extiende por los municipios de El Paso, Fuencaliente y ahora también por Villa de Mazo, llegó al Cecopin el aviso, ayer al mediodía, de que en el suroeste se había declarado un conato de incendio. Sonaba casi a inocentada, pero no lo era. Se registró en las Cabezadas de La Punta, en el término municipal de Tijarafe, y para evitar que se extendiera fue determinante la pronta intervención de los vecinos del lugar, que antes de que llegara cualquier ayuda se pusieron manos a la obra con todos los medios a su alcance. Posteriormente , también fueron movilizados efectivos de Medio Ambiente, Bomberos, Guardia Civil, Protección Civil, personal de los Ayuntamientos de Garafía, Puntagorda y Tijarafe y de la BRIF, que acabaron por apagarlo.

Las altas temperaturas favorecen el incendio

Altas temperaturas y vientos en algunas zonas, dos ingredientes que favorecen que el incendio se vaya extendiendo por diferentes municipios. El despliegue de medios aéreos, una docena entre helicópteros y aviones, no tiene precedente en ningún otro fuego que se haya registrado en La Palma, pero aún así las llamas siguen quemando todo lo que encuentran a su paso. /EL DÍA