La Palma es el territorio de toda Canarias donde menos lluvia se está registrando en comparación con los datos habituales o medios de cada isla (lo que se denomina Índice de Precipitación Estandarizado). Esta sequía se prolonga durante más de tres años, aunque en 2017 está teniendo aún mayor impacto no solo en la agricultura, sino también en el medio ambiente.

Los datos del servicio de vigilancia de la sequía meteorológica, aportados por la Aemet en su página web, sobre el año hidrológico que comenzó el 1 de septiembre, sitúan La Palma como la isla con menos lluvia en el último mes y medio para lo que es habitual. Lo mismo ocurre cuando se analiza lo que ha ocurrido con una escala de los últimos tres años. Las medianías están secas y el monte comienza a notarlo.

Más contundente aún es el dato sobre el volumen de agua que se "guarda" en las balsas que gestiona el Consejo Insular de Aguas a lo largo del territorio insular: apenas alcanzan en su conjunto un 20% de llenado. A fecha 13 de octubre de 2017, los dos embalses ubicados en Puntagorda (Montaña del Arco y Puntagorda) tienen almacenadas apenas un 6% y un 5% de su capacidad. Entre ambas ni tan siquiera alcanzan los 14.000 metros cúbicos de agua. Dos Pinos está al 13%, Adeyahamen se encuentra al 12%, Cuatro Caminos aguanta al 32% de su llenado, Los Galguitos no supera el 8%, La Laguna de Barlovento se mueve a su 17%, Bediesta es la más llena, con un 57%...

El vicepresidente del Cabildo de La Palma y consejero insular de Aguas, José Luis Perestelo, reconoció a esta redacción que "tenemos poca agua en los embalses y todos esperamos que llueva pronto". Defiende que para el riego y consumo "no hay por ahora problemas" y muestra el convencimiento de que "escaparemos", aunque a la vez es consciente de que "nuestros montes necesitan lluvia".

Los agricultores son siempre los primeros que miran al cielo. Temen por sus cosechas y saben que cada regada cuesta dinero. A propósito, Amache del Corral, presidente de la plataforma agraria Palca, advierte de que se viene arrastrando "una sequía que ya dura tres años, con un déficit enorme en la recarga de los acuíferos, aunque estamos en el peor año de todos. Vamos a ver cómo terminamos porque no llueve nada".

Del Corral apunta que "se está elevando agua para poder satisfacer las necesidades y las Haciendas (que controlan un alto porcentaje del agua de la Caldera de Taburiente) están echando un chorro menos para que todo el mundo pueda regar. Es una cuestión de solidaridad para no dejar que a la gente se le seque la finca".

El propio consejero insular de Medio Ambiente, Juan Manuel Rodríguez, asumió en una reciente conversación con EL DÍA que "el monte está como está (seco). No ha llovido". Y aportó un dato sobre su experiencia: "normalmente cada año en la fiesta de Candelaria en Tijarafe algún acto se tenía que suspender o había problemas para celebrarse por la lluvia. Este año, nada".

La sequía afecta tanto al norte como al sur de la Isla. El propio Martín Taño, alcalde de la Villa de Garafía, manifiesta que "tenemos fuentes que se nos están secando. La sequía está siendo gravísima". "Nosotros, afortunadamente, aún tenemos reservas, pero también estamos muy preocupados", sentencia.

En el Valle, Mariano Hernández, responsable del servicio de Aguas en Los Llanos de Aridane, muestra su satisfacción por haber logrado "una reducción en las pérdidas de agua de abasto de más de 200 pipas a la hora, que se están poniendo a disposición del Consejo Insular de Aguas para que las pueda utilizar donde se necesite, lo que es muy importante con la sequía que estamos sufriendo".

Hernández desveló que "estamos colaborando con el Ayuntamiento de Puntagorda por la escasez de agua, cediéndole 23 derechos de Minaderos que están disfrutando. En la situación en la que estamos hay que ser solidarios".