Tres de las cuatro empresas que en algún momento han tenido relación directa con la recogida gratuita de aceite doméstico en los municipios de la Isla han fracasado, dejando el servicio en manos de una sola entidad (Remo Solar), que tampoco está obteniendo los beneficios necesarios para contar con los medios humanos que se requiere para retirar el producto con celeridad y mantener los contenedores con la higiene que reclaman los vecinos.

Remo Solar no solo se encarga de la retirada del aceite vegetal, sino que además produce biodiésel, que en realidad no está teniendo la salida suficiente para que el servicio fuera más eficiente.

Ni tan siquiera las instituciones públicas están colaborando en la medida que sería deseable a la hora de adquirir biocombustible para además colaborar con el desarrollo sostenible de la Isla, una postura de la administración que en algunas ocasiones justifican por la pérdida de garantía en determinadas maquinarías en caso de que se produzca alguna avería, aunque en ningún caso estaría relacionada con el uso de este producto perfectamente testado.

Que la única empresa que aún aguanta en el sector en la Isla no pueda aumentar sus medios materiales y humanos si quiere mantener una mínima rentabilidad, y no acabar igual que las otras tres recolectoras que llegaron a trabajar en La Palma, tiene su reflejo directo en el servicio. Por un lado, no se cuenta con unas rutas bien planificadas y programadas, como puede ocurrir con otras recogidas de residuos en este caso financiadas con dinero público, sino que en el caso del aceite se actúa más bajo demanda, aunque Remo Solar intenta evitar acumulaciones excesivas.

Por otro lado, el mantenimiento de los recipientes es deficiente y los vecinos de diferentes municipios han trasladado a sus ayuntamientos las quejas por la falta de limpieza de los contenedores, además de quedar por fuera de los depósitos botes de aceite, aunque en algunos casos los usuarios también colaboran con esta situación.