La Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias rebajó ayer la alerta por fenómenos meteorológicos adversos a prealerta por lluvias en La Palma. Era lo oficial. La realidad: a las doce del mediodía había 23 grados en el núcleo turístico de Puerto de Naos, que llegaron a los 27 a las cuatro de la tarde, tomando como referencia los datos del servicio meteorológico del Cabildo insular (HD Meteo), institución que, por cierto, aún mantenía en ese momento activado el Plan Insular de Emergencias. Era domingo.

La mañana arrancó con lluvias en la comarca este y en el norte. Nada (o casi) en el Valle de Aridane. Durante la madrugada también hubo algún chaparrón. Todo hasta las diez. Luego, apenas una llovizna. Dos cruceros atracados en el puerto, miles de turistas recorriendo el casco histórico de la capital, establecimientos abiertos, sin nada de frío... Las alertas, siempre preventivas, no se ajustaron en este caso a lo que estaban viviendo los ciudadanos en la Isla.

Un día otoñal, con viento en algunos municipios, siendo especialmente insistente en Puntagorda, con rachas que estuvieron cerca de los 100 kilómetros a la hora. Las zonas altas (léase Roque de los Muchachos) no se escaparon de ráfagas violentas, aunque en realidad todo estuvo dentro de la normalidad cuando ya llega diciembre.

En las carreteras tampoco hubo intervenciones destacadas. El sábado sí que se tuvo que retirar arena y piedras de tramos especialmente de la carretera del sur. Ayer nada. Ni escorrentías ni riadas. El Remo y Jedey (Los Llanos de Aridane) escaparon por un día. Se mantenía cerrada la red de senderos y las áreas recreativas, aunque sin que las urgencias lo justificaran.