Los colegios de Monte Breña, en el municipio de Mazo, y Rita Rodríguez Álvarez, en Puntallana, han puesto en marcha este curso sendos comedores escolares, gracias a la implicación de las comunidades educativas, la adaptación de las infraestructuras realizadas por los ayuntamientos y las gestiones y dotaciones de equipamiento y recursos asignados por la Consejería de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias.

En el primero de los casos, el CEIP Monte Breña, la Consejería encontró al inicio de la legislatura que el Ayuntamiento de Mazo ya había efectuado las obras de adaptación necesarias en las zonas disponibles y se contaba con espacio suficiente y adecuado para instalar el comedor, a falta del equipamiento y las gestiones necesarias para proceder a su autorización.

Al tener previsto el Ayuntamiento de Puntallana realizar también la adaptación de un espacio para dotar de comedor al CEIP Rita Rodríguez Álvarez, ambos expedientes se tramitaron en paralelo y culminaron con su autorización definitiva, para la puesta en marcha del servicio de comedor a partir del 1 de abril de este año.

Esta mañana, las consejeras de Educación y Universidades, Soledad Monzón, y de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad, Nieves Lady Barreto, visitaron las nuevas instalaciones para comprobar in situ su correcto funcionamiento, después de dos meses operando.

La titular de Educación destacó durante el recorrido la importancia de dotar a las escuelas unitarias de este tipo de servicios complementarios “como un aliciente más para que las familias escojan este tipo de escolarización, frente a centros de mayor tamaño y, por tanto, con más programas y servicios”.

Soledad Monzón señaló como una ventaja del sistema educativo canario la diversidad en la oferta y la libre elección de centros por parte de las familias. “Sin embargo -añadió la consejera- la mejora en las comunicaciones terrestres y el desplazamiento de los nichos de empleo de los progenitores hacia las zonas urbanas hacen que la población rural escoja a menudo centros más grandes, con instalaciones también mayores”.

En este sentido, defendió la necesidad de mantener la diversidad del sistema educativo, para que las familias tengan libertad de elección, según las diferentes formas de pensar de cada una y, en el caso de las escuelas unitarias, recordó que la Consejería les concedió recientemente el premio Viera y Clavijo, el más importante de los que otorga, por contribuir al mantenimiento y rescate de las tradiciones culturales y elementos etnográficos, por propiciar un acercamiento a la cultura en zonas rurales y una mayor cohesión social a través de la educación, y por su contribución a la modernización y las buenas prácticas pedagógicas desde la propia identidad de los centros y sus comunidades.

Nieves Lady Barreto, por su parte, ahondó en esta última idea y destacó el papel fundamental que han tenido las familias, el profesorado y la comunidad educativa de los dos centros en general, para lograr que se haga realidad esta importante mejora en los servicios de las escuelas unitarias.

En este punto, calificó como “determinante” la labor de las escuelas unitarias, “que no solo permiten tener cerca a los hijos e hijas, sino que en la mayor parte de los casos son además núcleos dinamizadores de la actividad social en las zonas más tradicionales de nuestra tierra, con una extraordinaria implicación de toda la población de los alrededores en el mantenimiento y mejora de este tipo de enseñanza”.