El Parque Nacional de la Caldera de Taburiente ha trasladado al Cabildo de La Palma, como organizador de la prueba, un informe con alternativas que a su juicio deben valorarse y, en su caso, aplicarse para reducir el impacto sobre del terreno de preparque por el que discurre tanto la ultramaratón como la maratón.

La consejera de Deportes, Ascensión Rodríguez, reconoció ayer a esta redacción que "nos han hecho llegar el informe", pero por ahora "no se ha trasladado a ningún patronato ni se ha valorado ni tampoco informado, pero sí, ya lo tenemos".

El documento se centra especialmente en el tramo que discurre desde el final de la pista de La Hilera hasta el Roque de los Muchachos, unos 20 kilómetros aproximadamente, donde personal del Parque Nacional realizó un exhaustivo trabajo durante la última edición de Transvulcania, el pasado mes de mayo, para comprobar cómo afectaba sobre el espacio el paso de centenares de atletas.

El momento realmente complicado, y en el que se fundamentan las apreciaciones del Parque Nacional, se produce justo cuando se inicia la maratón y se une el medio millar de corredores de esta carrera con centenares de la ultra, que tras superar la pista de La Hilera y subir por el Reventón coinciden dentro del preparque.

Los gestores de la Caldera proponen diferentes alternativas para que la organización de la carrera tome medidas. Una de ellas es que el "corte" de la primera parte de la ultramaratón, entre el Faro de Fuencaliente y el refugio del Pilar, se reduzca en media hora más, quedando en las cuatro horas y media. De esta forma, se reduciría el número de corredores en preparque.

No es la única opción que se ha puesto sobre la mesa y que el Cabildo debe estudiar. Otra opción es cambiar el día de celebración de la maratón y, de esta forma, se evita que se supere el número de personas que se entiende recomendable cada minuto por metro cuadrado, un objetivo que también se lograría dando la salida a esta carrera por grupo de atletas, en "cajones", cada 10 minutos.

Parque Nacional analiza la prueba desde el punto de vista medioambiental, como es su responsabilidad, y luego está la parte deportiva que debe ser estudiada por el Cabildo, intentando ofrecer unas garantías al menos mínimas en ambos sentidos. "Asumir todos los cambios que se proponen es complicado, aunque somos los primeros interesados en que el impacto sea el menor posible. No olvidemos que son alternativas y que ahora desde el punto de vista deportivo y organizativo se deben analizar y buscar soluciones. También pueden haber otras opciones que no afecten al desarrollo de la prueba", apuntó la consejera de Deportes.

Los responsables técnicos de La Caldera incluyen entre sus propuesta la eliminación de bastones, que un elevado número de corredores utilizan para ayudarse en esta ruta, que producen una erosión mayor que la propia pisada.

De todas formas, uno de los principales problemas para el Parque Nacional, al menos para esta zona de preparque, es responsabilidad de los propios corredores. Y es que se advierte de que un número notable de atletas se saltan el sendero, discurren por fuera del camino, con una afección en ocasiones incontrolable y dañina para el espacio. "Aunque lo controlemos, sancionemos e incluso eliminemos a corredores por este motivo, como ya hemos hecho, sigue existiendo", apunta Ascensión Rodríguez.