El vehículo es una preciosidad. Un Mercedes Benz 190E del año 1989. Tiene casi "un centímetro" de polvo, que cubre una carrocería impecable. Lo mandó a comprar el primer alcalde de Santa Cruz de La Palma en democracia, el comunista Antonio Sanjuán, para dar un toque de prestigio al cargo. Que no a su persona.

El último regidor municipal en utilizarlo fue Juan Ramón Felipe. Lo usó para desplazamientos muy puntuales, vinculados siempre a labores de representación municipal: Fiesta de Las Nieves, Jura de Bandera, el Día de Nuestra Señora de los Remedios en Los Llanos de Aridane... No era para pasear por las calles de la ciudad ni para un uso diario. El coche tiene poco más de 14.000 kilómetros reales. Dicho en lenguaje coloquial, está prácticamente nuevo.

Después llegó la crisis económica. Y ya se sabe que utilizar un coche oficial, y más con la "pinta" glamurosa del 190E, no era bien visto por la sociedad. Algunas instituciones decidieron vender parte de su flota. Se llegó incluso a apostar por el coche compartido. Una cuestión "simplemente" de imagen frente al cada vez mayor número de personas, de familias enteras, que perdían sus ingresos.

En Santa Cruz de La Palma se optó entonces por "arrimar" el único coche de Alcaldía. Ni se vendió ni se cedió. Quizás fue Esteban, el conductor de toda la "vida" del 190E, el que tuvo que aparcarlo por última vez. Hubo algún regidor municipal que ni tan siquiera fue consciente durante su mandato de que el Mercedes municipal existía. Lo normal era utilizar el vehículo propio para cada desplazamiento, sin pensar en ningún otra posibilidad.

¿Qué es ahora del vehículo? Se encuentra aparcado en una de las plazas que el ayuntamiento tiene en el subterráneo de unos edificios en José López, justo debajo de las oficinas de Servicios Sociales. Entre guardado y abandonado. Es decir, perfectamente resguardado de las inclemencias meteorológicas, pero sin la atención necesaria, al menos en lo referente a la limpieza exterior.

Eso sí, es suficiente con pasar un trapo al polvo que acumula para descubrir una carrocería que todavía 30 años después deslumbra, con el símbolo de Mercedes perfectamente conservado en la parte delantera del capó. El interior, al menos por lo que se puede observar a través de las ventanillas, está en buenas condiciones. Los kilómetros recorridos exactos son 14.354, lo que sugiere que todavía tiene muchos años de utilidad. Los nostálgicos aseguran que es un coche para toda la vida. O, al menos, para la vida que desee el ayuntamiento.