Operarios de una empresa especializada iniciaron ayer la instalación del ascensor urbano en Santa Cruz de La Palma, que unirá el casco histórico con los núcleos poblacionales de la Luz y San Telmo, una actuación que después de que se finalizara la estructura de hormigón llevaba paralizada prácticamente un año a la espera de la maquinaria.

Tras acabar la obra civil, el ayuntamiento tuvo dificultades en la licitación del elevador al quedar desierto el concurso de adjudicación. La multinacional Schindler ha sido finalmente la responsable de su ejecución, con un coste de más de 160.000 euros. El ascensor se ensambló en Zaragoza y fue remitido a La Palma en un contenedor.

Esta infraestructura sortea un desnivel de aproximadamente 35 metros y está pensada tanto para facilitar el acceso al casco, sobre todo para las personas con movilidad reducida, como un recurso turístico, aunque su gestión está por aclarar. En la parte alta a la que afecta el elevador habitan casi 1.500 personas, de las que 581 superan los 55 años. La alternativa actual son las escaleras de la calle Blas Simón o del barranco de Gredos.

El alcalde capitalino, Sergio Matos, defendió ayer el ascensor urbano no solo "como elemento turístico", al objeto de crear rutas a la espalda del casco histórico dirigidas principalmente a las decenas de miles de cruceristas que cada año llegan al puerto de la capital, sino también "para facilitar la accesibilidad de los vecinos a la parte alta de la ciudad". Informó de que "siempre que no haya contratiempos", la instalación del elevador y las pruebas a realizar "estarán culminadas a finales de febrero o principios de marzo".

Matos defendió que en el plan de movilidad de Santa Cruz de La Palma, que aún no está disponible, "se debe apostar por nuevos elementos que faciliten el acceso a diferentes puntos de la ciudad, ya sea con ascensores urbanos o con otras infraestructuras, como podrían ser las escaleras mecánicas".

Mientras, el portavoz del principal partido de la oposición (PP) e ideólogo el pasado mandato de este proyecto, Juanjo Cabrera, dijo que el ascensor "permite a muchos vecinos el acceso a sus lugares de residencia de una forma más cómoda, salvando la orografía de la zona, además de crear rutas para cruceristas y abrir la posibilidad de un desarrollo económico importante en lugares pintorescos".

De todas formas, Cabrera se mostró preocupado "al no estar aún decidida la gestión del ascensor urbano por la pasividad del gobierno municipal", por lo que teme que "cuando esté terminado y listo para funcionar no sean capaces de ponerlo en marcha. Al menos habría que tener ya decidido si es de gestión pública o privada, horarios, precios...".

Por su parte, el presidente del CIT Tedote, Óscar León, apuntó que el ascensor urbano "abre a los cruceristas la posibilidad de salir del puerto y tener más alternativas para conocer la ciudad". Y es que el elevador "te lleva a una zona con encanto y desconocida para una parte importante de los turistas que nos visitan".

El dirigente de la entidad que gestiona el Punto de Información Turística a la salida del muelle, la denominada Casita de Cristal, cree que "muchos cruceristas no suben las escaleras hasta San Telmo y la Luz porque no saben ni hasta dónde llegan. Con el ascensor habrá movimiento de turistas que irán a la parte alta de la ciudad y bajarán por Santo Domingo, el Circo de Marte y la parroquia de El Salvador". "La única pena es que no lleve tiempo funcionando", sentencia.

Esta redacción se puso también en contacto con la Asociación de Empresarios del Casco Histórico, que prefirieron, al menos por ahora, no hacer valoraciones sobre esta infraestructura.