Tienen una idea de negocio y planifican su desarrollo. Son 70 personas. Participan en el II Maratón del Emprendedor, que organizado por el Cabildo de La Palma cubrió la totalidad de sus plazas en apenas tres días. Delante de aquellos emprendedores está Rayco Lorenzo, una especie de gurú en marketing. Es profesor de Investigación Científica y Negociación en la Escuela Internacional de Gerencia de Madrid, también imparte clases en la Universidad de Granada y es conferenciante internacional en marketing, publicidad y estrategia, entre otras actividades profesionales. Lo escuchan con atención, sin perder detalle de lo que les cuenta. Por cierto, nació en San Andrés y Sauces. Sí, es palmero.

Tiene delante a 70 personas ilusionadas con un futuro empresarial, pero ¿son más las esperanzas que las potencialidades reales que tienen sus proyectos?

Lo que hay que tener claro es que esa pasión en un proyecto o unidad de negocio emprendedora tienen que saber canalizarla. Una de las peores cosas que le puede pasar a un emprendedor es enamorarse locamente de su idea, ya que cuando uno se enamora no existen ojos para otra cosa. En este caso, para otra idea que surja. No podemos pensar que nuestro proyecto es el mejor, que nuestra idea es la única que vale. Hay una delgada línea roja entre canalizar de una manera correcta esas pasiones.

¿Cuántos de ellos realmente sacarán adelante su idea?

Siendo total y rigurosamente objetivo, de la primera maratón del emprendedor del año pasado nacieron diez empresas. El reto para este año es lograr once, aunque digo más: con que una sola personas de las 70 monte su empresa ya el reto estará conseguido. Además, la calidad no es un número. Prefiero una buena que diez malas. Una, por ejemplo, que sea capaz de crear veinte puestos de trabajo.

¿Cuál es el primer consejo que le daría a un emprendedor?

Que se equivoque barato y rápido. Hay que trabajar bien la fase previa del proyecto emprendedor, que es estudiar el mercado, la necesidad y la competencia. Si estudiamos esos tres elementos, sabremos si hay nicho, mercado, para el producto o personas para un servicio.

Pero entre tanto estudio, ¿no cree que a veces el emprendedor arranca tarde?

El problema no es tanto comenzar tarde, sino que no comencemos. Es otro de los errores que comete el emprendedor: el tener miedo a empezar, el querer tener un proyecto totalmente perfecto, el tener una idea idílica para empezar.

Pese a la importancia de las redes sociales y el marketing digital, ¿le damos demasiado valor al mundo virtual y perdemos la promociones más tradicionales?

Todas las tipologías de marketing suman. El digital, por supuesto. A día de hoy, incluso dependiendo de cada línea de negocio, el marketing digital es capital. Pero sí es cierto que no podemos pensar que es lo único que debemos hacer. Hay gente que se equivoca y piensa que por hacer dos publicaciones de Facebook al día, tres en Instagram y dos en Twitter ya tienen clientes que van a llamar a su puerta. Y no. Los clientes no llaman a la puerta. Los clientes a veces llaman por teléfono y a veces mandan un WhatsApp. Recomiendo dar más peso también al marketing directo, a la fidelización del cliente y al marketing de guerrilla para completar el marketing digital.

En islas como La Palma, por la lejanía y las comunicaciones, ¿se reducen las posibilidades de tener empresas diferentes?

No, en absoluto. El talento no se mide en metros cuadrados de un territorio. La Palma siempre ha sido una isla creativa, la prueba la tiene en los actos propios de la Bajada de la Virgen. Podemos tener como isla algunos problemas por las comunicaciones, pero lo bueno que tiene el marketing digital, las redes sociales, las páginas web, los negocios digitales, es que han democratizado el sistema. Yo en Twitter tengo los mismos metros cuadrados que Telefónica o que cualquier otra empresa gorda y, además, soy universal. Yo, por ejemplo, tengo muchos seguidores en México o en Latinoamérica y cuando estoy durmiendo, me están leyendo. Eso esto antes no podía pasar.

En La Palma en particular y en Canarias en general, ¿no somos bastante conformistas con nuestras aspiraciones?

Eso siempre. El palmero y canario en general somos tranquilitos y cuando ya tenemos algo, lo suficiente, nos gusta vivir bien y en una zona de confort. Defiendo que no debemos conformarnos nunca e intentar avanzar, innovar y saber que lo que hoy está bien y puede ser un umbral de rentabilidad básico, que nos conformamos con ganar eso, mañana no puede ser suficiente porque te puede salir competencia o una unidad de negocio que sea sustitutoria de lo que estás vendiendo y te quedas atrás. Hay que salir a la selva. No he visto nunca a un tigre cazando en el zoo. Sal a la selva y caza lo que necesites.