Santa Cruz exige al Cabildo que compre el abandonado castillo de San Joaquín

El pleno del Ayuntamiento aprueba por unanimidad una moción del PSOE para que la Corporación insular cumpla con su compromiso de adquirir y rehabilitar el inmueble

Castillo de San Joaquín, situado cerca del mirador de Vistabella, en Santa Cruz de Tenerife .

Castillo de San Joaquín, situado cerca del mirador de Vistabella, en Santa Cruz de Tenerife . / Andrés Gutiérrez

Santa Cruz de Tenerife exigirá al Cabildo que cumpla con su compromiso de comprar el antiguo castillo de San Joaquín, ubicado en el barrio de Villa Benítez, cerca del mirador de Vistabella, con el fin de rehabilitarlo y convertirlo en un centro dotacional y cultural. Así se acordó este viernes, 26 de abril, en el pleno del Ayuntamiento, por unanimidad, a raíz de una moción presentada por el PSOE, defendida por el edil Florentino Guzmán Plasencia.

En concreto, la capital insta a la Corporación insular a cumplir con el compromiso que adquirió también en un pleno, en 2022, cuando los consejeros aprobaron comprar el citado castillo. Y es que este importante elemento del patrimonio histórico de Santa Cruz, cuya propiedad es privada, se había puesto a la venta en varios portales inmobiliarios por un importe de 3,1 millones de euros (el propietario lo compró en 1996 por 255.000 euros). El Cabildo apostó, entonces, por su adquisición para poder recuperarlo y convertirlo en un «centro cultural, educativo y de servicios para la ciudadanía».

Tanto el concejal de Patrimonio en Santa Cruz, el nacionalista Javier Rivero, como el edil socialista Florentino Guzmán Plasencia, autor de la moción aprobada este viernes en el pleno del Ayuntamiento, coincidieron en señalar la necesidad de adquirir el castillo de San Joaquín , «impulsando todas las acciones necesarias para que esta aspiración se convierte en realidad».

Santa Cruz también pide al Cabildo que se encargue de los trabajos de rehabilitación del inmueble y, una vez que éstos finalicen, propone firmar un convenio para establecer los usos del castillo, «dirigidos fundamentalmente a enriquecer la vida de los habitantes de la zona y de toda la capital».

El responsable del área de Patrimonio en la capital informó este viernes de que ya el Cabildo ha iniciado los estudios técnicos, económicos y jurídicos sobre la adquisición del castillo de San Joaquín. «Pedimos que los finalicen y se proceda a la adquisición del mismo».

El concejal socialista Florentino Guzmán destacó que el «imponente» y «majestuoso» castillo de San Joaquín es un monumento histórico que ha sido testigo de innumerables eventos a lo largo de los siglos, desde su construcción en el XVI hasta la actualidad. Sin embargo, denuncia Guzmán, este «importante patrimonio presenta un estado de total abandono».

La historia del castillo de San Joaquín se remontan a los años de la colonización española en el Archipiélago canario. «En un esfuerzo por proteger las islas de las incursiones de piratas y corsarios, el gobernador militar Juan Núñez de la Fuente ordenó la construcción de una batería defensiva en La Cuesta, en 1586. Esta batería, equipada con cuatro piezas de artillería, tenía como objetivo proteger la ciudad de La Laguna de los posibles ataques desde el mar».

Fue en 1780, cuando este histórico inmueble adquirió su forma y función de castillo. Bajo la dirección del comandante general Joaquín José Ibáñez Cuevas y del teniente coronel Andrés Amat de Tortosa, se construyó una fortaleza «única» en la Isla. Con su planta cuadrada, torreones circulares y un patio central, se convirtió en un «bastión impenetrable que dominaba el paisaje circundante».

A lo largo de los años, este castillo ha desempeñado diversas funciones, como almacén de pólvora, palomar militar para enviar mensajes, y prisión militar. En el año 2000, fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Perdió su función militar en 1991 y el Estado lo sacó a subasta en 1995, adquiriéndolo un particular en 1996, por 255.000 euros. El edil socialista denuncia que este histórico inmueble ha sufrido un estado de abandono y deterioro en las últimas décadas, «lo que ha llevado a la degradación de sus estructuras y a la pérdida de su esplendor».