La estación de señalización marítima de Igueste de San Andrés es conocida popularmente como El Semáforo. Dicha edificación fue construida por una compañía inglesa a finales del siglo XIX, entre los años 1870 y 1880.

El Semáforo es una especie de faro antiguo que, en lugar de contar en su parte superior con una serie de luces, dispone de un mástil donde antaño se trepaba para dar aviso al puerto de Santa Cruz de Tenerife de la llegada de los barcos.

La privilegiada ubicación de esta estación de señalización marítima permitía que fueran localizados los barcos a mucha distancia y si era de día, se subía una persona al mástil y hacía señales con banderas, mientras que si la llegada de los navíos se producía en horas de la noche, las señales se hacían con faroles, cuyo reflejo se podía ver desde largas distancias, dada la altura en la que se ubica esta instalación ya en desuso.

No es una cruz, sino un faro.- Al mástil se accedía a través de una escalera de unos quince metros de altura. Muchos confunden dicha construcción y el referido mástil con una cruz, por la forma especial, y está construida en hormigón armado, aunque la última pieza -en forma de cruz- es de hierro.

Durante casi un siglo, sirvió para comunicar el puerto de Santa Cruz con los navíos, pero en 1979 se abandonó totalmente su uso y la Administración "ha dejado de la mano de Dios" el entorno, según comentan los lugareños, los cuales, además, aseguran que "el citado Semáforo forma parte de la historia del puerto de Santa Cruz y de la propia capital tinerfeña, ya que es único en Canarias".

El Semáforo es todo un símbolo de la zona y, de hecho, el CD Igueste-Anaga tiene en su uniforme el logo con este símbolo.

Los vecinos y los senderistas han pedido por activa y por pasiva que se rescate esta estación de señalización marítima de Igueste de San Andrés para que se utilice como refugio para los senderistas o como un establecimiento que podría ser utilizado para turismo rural por sus preciosas vistas.

Con el edificio y su mástil, se construyó el camino de acceso (muy dificultoso y con una gran pendiente) y un embarcadero (hoy desaparecido). Su construcción debió de ser una odisea, ya que, por ejemplo, su mástil es de hormigón armado, terminando en una pieza de hierro con un pararrayos. Es un símbolo de los habitantes de Anaga y de Igueste en particular, donde muchos de sus actuales vecinos se criaron acudiendo al faro, incluso para recibir clases.

Un estado lamentable.- El Semáforo ha sufrido durante 30 años el arranque de sus puertas y ventanas con guías incluidas, el derribo de tabiques, la destrucción de sus dos aljibes, el deterioro de su cubierta y su bonita fachada de tosca roja; se han producido incendios dentro del edificio y, por último, existe el peligro de que su mástil se caiga. Durante estos años los vecinos de Igueste, Anaga y senderistas han denunciado su estado y han solicitado su protección y adecuación. Incluso ha habido propuestas para convertirlo en un albergue para senderistas, pero desde el ayuntamiento y el Cabildo nunca se ha hecho nada.