Tenerife y sus rincones están llenos de historia y de tradición como la que se revivirá el sábado por la mañana en Roque Negro, uno de los parajes en que se puede apreciar la belleza incomparable de un entorno como es Anaga, un parque rural donde, en determinados detalles, no ha transcurrido el tiempo.

Con motivo de la celebración de las fiestas en honor de Nuestra Señora de Fátima se ha organizado un amplio programa de actos religiosos y populares, entre los cuales destaca para el sábado, a partir de las diez de la mañana, la fiesta de las lavanderas, acto organizado por la Oficina de Gestión del Parque Rural de Anaga en colaboración con la AAVV Nube Gris de Roque Negro, cuyo presidente es Faustino Rojas. Asimismo se cuenta con la colaboración de la Comisión de Fiestas, cuya secretaria es Candelaria Rojas Siverio.

A la salida de la galería de Roque Negro-Los Catalanes se encuentra el lavadero que se empezó a construir en 1897 y se culminó y dio agua en 1913. La enorme pila de lavar consta de dos partes: una más amplia donde se enjabonaba y otra, un poco más pequeña, donde se solía aclarar la ropa y dejarla dispuesta para tenderla.

Lugar de reunión.- El lavadero era un lugar donde antaño se reunían las mujeres y las niñas del lugar y donde se comentaban cotilleos y era escenario inusual para cantar, gastar bromas y reír con los "cuentos". Gracias a un proyecto para contar con un sendero autoguiado donde el visitante pueda ir, paso a paso, conociendo dónde se encuentra y llegar hasta el lavadero, la Oficina de Gestión del Parque Rural de Anaga ha conseguido que el próximo año se haga realidad el poder contar con un folleto que contenga información para el caminante y para aquellos que quieran descubrir los secretos de la tierra.

La participación de los vecinos de Roque Negro en ayudar a rescatar este entorno ha posibilitado que se limpiara de zarzas y otras variedades de vegetación el lugar, dejando al descubierto un lavadero con catorce lugares para lavar, distribuidos en siete huecos a cada lado.

El lavadero de Roque Negro es uno de tantos que se encuentran en los pueblos, pero conservado en buen estado y que desde hace un año ha sido devuelto para que sirva de seña de identidad a las gentes del lugar y a los que visitan este pueblo a pie del roque de donde toma su nombre.

Tras la jornada alrededor del lavadero, había que llevar las prendas mojadas o a medio secar a las casas y para ello se utilizaban los populares baños y los cubos.

Agua para beber.- Otra de las utilidades de los lavaderos al estar ubicados cerca de las fuentes o de las galerías era para las viviendas, ya que en esa época, al carecer de agua potable, los vecinos del lugar los usaban para llevarse lo que necesitaban para el consumo de la casa y para beber.

Al llegar a las viviendas, parte del agua se usaba para la destiladera, que aún hoy se conserva en algunas casas, y otra se dejaba para fregar platos y calderos para cocinar. Pese a que el tiempo ha traído grandes avances es bueno recordar el pasado.