Parte de los espacios públicos creados tras la construcción del nuevo viario del barranco de Santos han sido ocupados por grupos de jóvenes y no tan jóvenes que se dedican al "trapicheo" de drogas, al botellón y formar escándalos amparados por la noche, actividades que han generado un clima de inseguridad alarmante. Así lo denuncian los vecinos del ámbito de la nueva rotonda de la avenida Venezuela (que regula el tráfico de los vehículos hacia el barrio de La Salud, El Perú o Las Indias desde el centro de Santa Cruz), que se quejan de que el lugar, que lo denominan la placita del barranco y que se ubica debajo de la terminación de la vía que da a la citada avenida, se ha convertido en un punto negro de la delincuencia y el gamberrismo por la acción de "unos pocos que se han adueñado de unos espacios que son de todos", dicen.

Justamente debajo del viario quedaron grandes espacios para el disfrute de los ciudadanos, pero un tiempo después de abrirse al público se han convertido en auténticos basureros y en cotos privados de unos pocos que amenazan constantemente a los residentes. En este sentido, los vecinos piden al Ayuntamiento de Santa Cruz una presencia policial más efectiva y contundente o que se creen fórmulas para limitar la entrada en horas nocturnas para evitar que dentro de unos años "la avenida Venezuela sea reconocida como un gueto de lo peor de Santa Cruz. Un punto negro, vamos", apunta uno de los afectados que ha visto cómo la inseguridad se ha trasladado desde el parque de Las Indias hasta aquí.

Tráfico de drogas.- Denuncian que el problema principal radica en el tráfico de drogas que se ha generado en las terrazas y plazas nuevas, en las que "es normal ver cómo muchas personas acceden por las rampas con sus motos para adquirir metralla y con la misma se van", explicó un vecino de una de las urbanizaciones del ámbito de la calle Doctor Salvador Pérez Luz.

También apuntó que "la inseguridad reina por todas las esquinas y que es frecuente que se forme alguna bronca por este motivo", pero reconoció, sin embargo, que "la Policía pasa frecuentemente por ahí, pero se ve impotente porque los sospechosos saben guardar la droga. Luego cuando se van se ríen de ellos y siguen con sus actividades".

Otra residente asegura que el miedo le puede, que sabe que las obras quedaron bastante bien, pero que no se atreve a pasar por allí ni aunque le paguen. En varias ocasiones "quise llevar a mi nieto para coger el acceso que existe por debajo del viario del barranco hacia la calle Guanche Zebenzuí, pero el miedo me pudo porque la inseguridad es mucha. Que uno en su propio barrio tenga miedo es lamentable, pero es lo que hay y nadie pone solución. La sensación de inseguridad es terrible", afirma.

Residuos de todo tipo.- Lo cierto es que los desperdicios y la basura en general dan la bienvenida a los accesos a la plaza que se encuentra en los bajos del viario del barranco, un síntoma inequívoco de la actividad que se produce todos los días en este nuevo entorno. Por otra parte, algunos de los caminos se encuentran invadidos "por el auténtico mal de Santa Cruz: las cagadas de perros", dijo otra de las vecinas que se preocupa de pasear a su can "con una bolsita para evitar que las aceras se ensucien", señaló con orgullo.

En los jardines, en cambio, la basura se acumula y es normal ver de todo en ellos, desde bolsas de plástico con residuos hasta latas de refrescos o cervezas o botellas vacías de "juergas nocturnas que se pegan estos tipos", dijo un joven que cruza el viario por debajo hacia el centro de salud del barrio de La Salud. En el peor de los casos, se encuentran jeringuillas "pero no son peligrosas porque los niños no se atreven a pasar por aquí", indicó con ironía.

Es por ello por lo que los vecinos afectados piden soluciones para la plaza del viario del barranco de Santos, un espacio que se ha convertido en un auténtico basurero y refugio para el "trapicheo", los escándalos y las juergas.