La Refinería de Santa Cruz de Tenerife ha recortado en 2011 la emisión de dióxido de carbono (CO2) un 23 por ciento, por debajo de la cifra que le corresponde por asignación, que asciende al 31 por ciento.

Así lo indicó el pasado jueves en la rueda de prensa de presentación de la Declaración Medioambiental de la empresa su director, Salvador García, quien destacó que la calidad del aire cumple todos los parámetros legales.

García explicó que la compañía puso en marcha en 2011 un plan de gestión de olores, que supone una inversión de 200.000 euros, mediante el cual se reducirán de forma considerable los malos olores en los próximos años.

Durante 2011, Cepsa amplió la monitorización de los focos de emisión atmosférica de la Refinería y, actualmente, de los 14 focos con los que cuenta, 13 están monitorizados con analizadores en continuo, siendo monitorizado en discontinuo el restante, que supone menos del 2 por ciento del total de emisiones generadas por la planta.

Las emisiones de SO2 se redujeron cerca de un 10% y las de partículas, en un 26%.

En cuanto a los gases de efecto invernadero, la Refinería se encuentra muy por debajo de los derechos de emisión marcados por el Plan Nacional de Asignación para esta industria.

En 2011 emitió un 31 por ciento menos de CO2 que lo que le correspondía por su asignación, con una reducción del 23 por ciento respecto a 2010. Desde que entrara en vigor del protocolo de Kyoto, las emisiones de CO2 se redujeron en un 30 por ciento.

Sobre la vigilancia y control de la calidad del aire, Cepsa amplió su red con dos nuevas cabinas de inmisión ubicadas en García Escámez y el parque La Granja.

También minimiza el impacto gestionando adecuadamente los residuos que genera a través de gestores autorizados para cada uno de ellos. Además, contribuye activamente a minimizar el impacto negativo de los residuos de Canarias, mediante su actividad de gestor autorizado de dos tipos de residuos peligrosos que valoriza, esto es, los reincorpora al proceso productivo. Se trata de los aceites usados industriales y de las aguas de sentinas y residuos oleosos de barcos (Marpol).

Las inversiones y costes medioambientales destinados a minimizar el impacto de la Refinería en el entorno superaron los 15,7 millones de euros en 2011. Cabe destacar que desde 2007, la Refinería ha asignado 77 millones de euros a estas cuestiones.