Recorrer el barrio de San Pío con Antonio Morales, Toño, es hacerlo con alguien que lo conoce muy bien. Por eso, adquiere aún más valor su resumen sobre la evolución en los últimos años. "Buena, ha cambiado mucho y para bien. Ahora es una zona mucho más tranquila en la que la gente intenta superar su gran problema: el paro".

Padre de dos hijos, un adolescente y una chica de 19 años, Toño, quien actualmente cobra la, por desgracia, famosa PCI (Prestación Canaria de Inserción), ha pasado sus 45 años de vida en San Pío, primero en "el viejo" y desde marzo de 2002 en las 108 Viviendas.

Destaca "la convivencia con la gente que vino de la Cuesta Piedra. Todos somos del mismo barrio" y apela a la iglesia "monumento histórico" como punto de encuentro. También valora las actividades en la sede de la AV Tamogán, el antiguo colegio, colectivo que presidió un hermano suyo, Francisco Luis. "Lo desafectaron cuando era yo niño y nos mandaron a Ofra Santa Clara".

Toño reconoce que falta civismo en las zonas comunes, aunque nota "más conciencia de que los garajes, portales o porteros eléctricos son de todos y hay que cuidarlos". Manifiesta que están contentos con la limpieza municipal" y recuerda que las cartillas sanitarias corresponden al centro de salud de Ofra-Delicias, sito en la avenida de los Príncipes. Insiste en que ahora San Pío es "un barrio más tranquilo y más limpio. Hubo una época de cierto desfase, pero correspondía a una etapa histórica muy concreta. Ahora la gran lacra es el paro y como consecuencia las dificultades económicas de familias humildes".

Hay carencias: "La instalación hidráulica, de fuera a dentro, produce inundaciones, como con las recientes lluvias o que los portales de acceso a los bloques están mal construidos. Aquí había incluso fiestas, pero hace años que no se celebran", apunta Toño con cierto deje nostálgico.

Para Toño, "faltan muchas cosas, pero de viviendas de 45 m2, donde vivían hasta 14 personas, pasamos a 68 en las más pequeñas, de dos habitaciones, y hay de tres y cuatro. Y con garaje".

La gente llegó a San Pío "desde todos lados. De Cueva Roja, como mi familia, de Los Llanos, de otras islas... Gente muy humilde, que no tenía nada material. Por eso estamos mejor que entonces".

Cancha y parque, inundados

Las últimas lluvias inundaron las pocas instalaciones deportivas como las canchas de fútbol sala (foto) y bochas, o el parque infantil, "que limpiamos nosotros".

Nombre y situación

San Pío X fue un papa bajo cuya advocación se encuentra la parroquia que aglutina a este barrio con la característica tipología de bloques del Distrito Ofra-Costa Sur. Tiene forma triangular y está limitado al norte por la carretera general de El Rosario; al sur y al este por la calle Taburiente, que lo separa de Las Cabritas, y al oeste por el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria.

Población

La evolución demográfica ha sido positiva, al contrario que en otras zonas del distrito Así, de 494 habitantes en 2004 se ha pasado a los 1.089 censados de 2010.

Reseña histórica

El viejo San Pío, levantado hace 57 años -La Candelaria cumplió ahora 50- estaba constituido por 365 viviendas y pertenecía al extinto Patronato de La Candelaria. Con el sistema de derribo y ocupación progresiva de espacios se demolió a principios de la década del 2000. Una parte, las 174 viviendas, se reconstruyó en el puente de Taco y las otras 108 en la ubicación de siempre distribuidas en seis portales y con plazas de garaje bajo los bloques. Muchas familias decidieron irse a Añaza. Posteriormente, en un gran solar previsto en principio para zonas verdes se ubicaron hace unos años las 46 viviendas de reposición de Cuesta Piedra.

Servicios y Asociación

Uno de los grandes problemas ha sido el mantenimiento de las porteros, ascensores y otras zonas comunes -son inquilinos de Viviendas Municipales-, aunque ha habido mejoría los últimos tiempos con más civismo. Otra queja es "pagar por el alumbrado como si fuera una urbanización privada". La AV Tamogán está presidida por Concepción Moreno, que tomó el relevo de Francisco Luis Morales.

Roque Rodríguez

No lo tenía fácil por el recuerdo del padre Fermín Hernández, el capellán del CD Tenerife y párroco durante siete años de San Pío y de San Juan de la Cruz, en Miramar, pero Roque Rodríguez de la Guardia se ha ganado el cariño y la admiración del barrio. Este grancanario de 50 años, que lleva 23 en Tenerife, es desde hace diez capellán del Hospital Universitario de Canarias (HUC). Después de ejercer el sacerdocio en varios lugares del sur de la Isla llegó a esta populosa zona de la capital tinerfeña en 2012 y siempre ha dedicado su tarea a los menos favorecidos. Destaca en su perfil el hecho de ser muy activo en las redes sociales.