Alguien ha dicho con bastante acierto que Santa Cruz es una ciudad para pasearla mirando hacia arriba porque en las alturas esconde sus mejores tesoros artísticos y arquitectónicos. Un ejemplo es la fachada del Museo de Bellas Artes, en un entorno que ya tiene un valor histórico en sí mismo, el de las calles José Murphy y Ruiz de Padrón (otros dos ilustres) y la plaza del Príncipe. Desde arriba miran diez ilustres, "grandes hombres" del pasado que reclaman casi a gritos una rehabilitación en el presente para poder alongarse al futuro. Un ejemplo más en cuanto a dejadez y olvido del patrimonio de todos.

Presidiendo la imagen exterior del inmueble aparecen los diez bustos de intelectuales y pensadores, figuras relevantes de la historia y la cultura de Tenerife. Y, en mayor o menor medida, deteriorados, sobre todo por el efecto corrosivo de los excrementos de palomas. Los ejemplos que ilustran estas líneas son solo cinco pero están todos en malas condiciones.

En la fachada principal que da a la calle José Murphy -artífice de la concesión a Santa Cruz de la capitalidad de Canarias- aparece la representación de siete referentes: Viera y Clavijo (padre de las letras canarias), Ángel Guimerá (dramaturgo), Agustín de Bethencourt y Molina (polifacético ingeniero), Villalba Hervás (historiador y político), Antonio de Viana (poeta), Juan de Iriarte (gramático y miembro de la saga literaria del Puerto de la Cruz) y Teobaldo Power (músico y compositor).

En la zona lateral, que da a la calle Ruiz de Padrón -religioso liberal gomero, protagonista en las Cortes de Cádiz- se encuentra el recuerdo a otros tres "grandes hombres": Tomás de Iriarte (entre los más grandes fabulistas de todos los tiempos), Valentín Sanz (pintor) y Nicolás Estévanez (poeta, militar y político).

El origen del museo se remonta a 1840, cuando el Ayuntamiento de la capital tinerfeña acordó realizar unos cajones para conservar las banderas británicas ganadas al almirante Nelson en 1797. De estilo clasicista, fue construido a comienzos de 1929 por el arquitecto Eladio Laredo. Concebido como Museo y Biblioteca municipal fue el primer edificio construido específicamente para ello en Canarias, lo que le otorga un papel pionero en la historia de la arquitectura de las Islas.

Eso, historia, rezuman continente y contenido en el Museo de Bellas Artes de Santa Cruz. A respetar.