José Otero, hijo del histórico Otero de la adulta Triqui-Traques, fue elegido el viernes director de la "tribu del Carnaval" en 2018, año del estreno de Zeben Albelo, componente de Trezo, como responsable musical. Atrás quedarán Marco González y Frank Trujillo.

Otero hijo nació a las diez de la mañana del domingo 6 de febrero de 1983, antes del concurso de murgas infantiles de la plaza de toros y en la víspera de la primera fase de adultas; entonces eran dos fases. Con dos años fue mascota, y fundador, de Triqui-Traquitos, luego salió en Trasnochaditos y desde el 2000 en Triqui-Traques.

A sus 34 años, se estrenó en la adulta bajo la dirección de Pedro Mengíbar y participó de La Posesa (2006), el humor cacofónico de la generación de Lucas Mujica que hoy se anhela.

¿Aspiró a dirigir Triqui?

No. Ni me lo esperaba ni tenía intención. 2018 es un año difícil y bonito. Vamos a darlo todo.

Siendo hijo de un histórico, ¿cuántos años cumple Triqui?

Estamos en el año 50.

¿Saldrán del bache en febrero?

Triqui tiene que estar donde se merece, sin que signifique que vamos a ganar siempre premio, pero sí salir dignamente.

¿El objetivo es pasar a final?

El objetivo siempre es ganar; si no es así, mejor no ir a un concurso. Es el objetivo de las murgas competitivas, desde la primera a la décima. Y las demás también. ¿El objetivo principal? Pasar a la final, y luego, ganar. Ir a un concurso sin ambición no sirve para nada.

¿Qué le ha pasado a Triqui en los últimos años?

La murga no ha sabido mantener el estilo y la calidad del humor que nos distinguía con la Posesa, Tino-Nino, la Piscina, las Pijas... Es más difícil hacer reír que llorar; hacer reír a todo un recinto solo lo he visto con Triqui-Traques y con Triquikonas, que ha conseguido lo que nosotros perdimos, y lo que esperamos recuperar.

Eso pasa por contar de nuevo con Fran Bermúdez, Quique Medina, Migue, David, Aridane...

Ojalá pudiéramos contar con todos, pero es muy difícil juntarlos porque tienen sus compromisos tras tantos años. Y son personas que no escriben para salir del paso; si lo hacen, lo quieren hacer bien porque es su murga y la sienten.

Pero les falta ese estilo.

Es nuestro estilo y nuestra intención es recuperarlo con los letristas que teníamos; en la propia murga estamos intentando aportar. Si sale y es bueno, se saca.

¿Volverán aquellos letristas de la época de oro de Triqui?

Los del humor no se sabe.

¿Cobran los nuevos directores?

No. Aquí no se cobra un duro. Zeben lleva seis o siete años como un componente más, como yo, y toma la alternativa musical.

¿Pueden volver a estar "en la pomada" en el Carnaval 2018?

Quieras o no, somos Triqui; es cuestión de ponerle ganas y lograr esa calidad. Falta ver las letras. El que quiera ser Triqui tiene todas las oportunidades del mundo.

¿Seguirá Mengíbar de letrista?

Continuarán Mengíbar y Jonny Alonso como letristas. Nos faltan los de humor, recuperar el Triqui que la gente recuerda. Si no tenemos aquellas letras, haremos lo posible por defenderlas. No hay tema malo ni bueno; todo depende de cómo lo defiendas.

¿Cuál es el mejor momento de Triqui que recuerda?

En 1995, el año de indios, que yo no estaba. O 2006, la Posesa. Fue un concurso perfecto para Triqui porque llevamos también el Potaje, una letra impresionante, y luego revolucionó la Posesa. Entre los 3 o 4 temas que recuerda todo el mundo está la Posesa. Eran horas de ensayos para lograr lo más perfecto; es un mérito de Lucas.

¿Se identifica con Lucas?

Totalmente. Es el referente en el estilo de Triqui; también Mengíbar, que fue mi primer director en adultas. O Yeray Lorenzo, en las infantiles, un espectáculo.

¿Final a siete u ocho?

Me da igual. Si te gustan las murgas, te da lo mismo el número.

¿Las murgas de Las Palmas han llegado al nivel de Tenerife?

No. Hay algunas, como los Nietos de Sary Mánchez, que podrían concursar aquí perfectamente y estar en una final. O los Twittys, de Jonni. Pero allí hay mucha diferencias entre las buenas y las demás. Tienen 3 o 4 murgas, y luego está el resto.