Poco dado a grandes titulares, Juan José Martínez, concejal de Hacienda y Recursos Humanos de la capital, no se ha desviado del camino que inició su antecesor, Alberto Bernabé, y ha mantenido la economía municipal por la senda correcta. Lo respaldan las grandes cifras. De él partió también gran parte del acuerdo que finalmente acabó con el conflicto con la Policía Local.

¿Temió en algún momento que la Policía "amargara" la Navidad?

El planteamiento era llegar a un acuerdo ante una reivindicación sindical que compartíamos, en parte, desde el área de Recursos Humanos. Se planteaba algo parecido a lo que ocurrió con las noches. Estábamos de acuerdo en diferenciar lo que es un esfuerzo mayor para los agentes que rotaban, pero también discriminando desde el punto de vista retributivo a los que no lo hacían. El acuerdo está dentro de los parámetros de lo que queremos hacer con la nueva RPT de la Policía.

Para eso se ha encargado un estudio profundo del Cuerpo.

Exacto. Hay una premisa clara: tenemos casi un 50% de la plantilla de la Policía Local destinada en unidades no operativas, es decir, no directamente en la calle. Queremos aumentar el número de agentes que desempeñen sus tareas de cara al público. En este mandato hemos hecho un gran esfuerzo para mejorar las condiciones de las Policía, tanto en medios humanos como materiales. Solo nos falta optimizar, con el citado estudio, la asignación de los medios.

¿Se esperaba las medidas de presión que pusieron en marcha?

Los ciudadanos pueden estar muy orgullosos de la Policía que tienen y de sus funcionarios. Otra cosa es algún comportamiento que no ha sido deseable, vinculado con la reivindicación sindical. Ya se les ha advertido de que no se va a tolerar que se repitan huelgas de celo encubiertas. Son ilegales y, en este caso, nunca estuvo convocada como tal.

¿Son los funcionarios más difíciles de contentar dentro de la Administración Local? Hay conflictos en varios ayuntamientos de las Islas.

El trabajo que desarrollan es difícil, se desarrolla en condiciones duras. Por eso la retribución que perciben en función de su categoría profesional es muy superior a la que perciben sus equivalentes en la administración general. Es también complejo, de ahí que requiera un esfuerzo de gestión mayor. No es un trabajo de 8:00 a 15:00 horas.

¿Llevar a la Fiscalía la actitud de los agentes iba en serio?

Las cuestiones que tienen que ver con el cumplimiento de la legalidad no son objeto de negociación. Si la asesoría jurídica de la Corporación detecta algún tipo de actividad que no se corresponde con la legalidad estamos obligados a actuar. (...) Tenemos antecedentes de cómo la asesoría jurídica ha evaluado este tipo de acciones que implicarían acciones legales.

O sea, que no era un farol.

No. Si es un tema ilegal, tenemos que tomar medidas. En todo caso, era una minoría, pero que se notaba.

Otra de las advertencias que han hecho los sindicatos es que se pueden quedar sin efectivos si finalmente se aceleran las jubilaciones.

Con la convocatoria que tenemos actualmente, y las que sacamos todos los años, estamos muy cerca de alcanzar el objetivo de plantilla. Con la actual nos quedaríamos a 30-35 policías del objetivo, unos 416 agentes. A finales de este año nos vamos a quedar muy cerca de esa cifra. En cada convocatoria siempre prevemos que todas las jubilaciones que se produzcan se cubran automáticamente. Como mucho tendríamos un retardo de un año si se produjeran todas las jubilaciones a la vez.

Ha reconocido que el conflicto de Seguridad Integral Canaria (SIC) ha sido el más complejo al que se ha enfrentado. ¿Se ha resuelto definitivamente?

Durante este mes la nueva empresa asumirá la prestación del servicio. Eso dará carpetazo a la relación con una compañía que, desgraciadamente, no ha cumplido con los compromisos con nosotros e, incluso, con el propio alcalde. Hemos intentado todo lo que legalmente ha estado de nuestra mano. Estos meses han sido muy duros para los trabajadores.

Pero hay trabajadores prestando el servicio de otra empresa.

Sí. Seguridad Integral Canaria ni siquiera cubría las bajas y hemos recurrido a otra para que, hasta que esté la nueva, preste el servicio.

¿No se podía haber actuado con más contundencia?

Más no se ha podido. Hemos iniciado expedientes sancionadores, y otras medidas que vendrán. Pero el procedimiento administrativo es lento. Las sanciones efectivas llevan un tiempo y una tramitación.

Asumió un área que inició la recuperación con Alberto Bernabé. ¿Se puede decir que Santa Cruz está ya para jugar la Champions League?

Creo que sí, que Santa Cruz está jugando ya la Champions League. Todas las cifras económicas lo ponen de manifiesto. Crece el empleo, el turismo se está convirtiendo en un sector muy importante, restauración, comercio, nuevas actividades portuarias... Crecemos en subsectores económicos de alto valor añadido que generan empleo de calidad.

Las cuentas municipales pasaron una situación preocupante.

Ya han dejado de ser un problema. Santa Cruz reduce a mayor ritmo que nadie presión fiscal en el municipio, reduce deuda, aumenta el gasto social... Además, para el año que viene se hace un esfuerzo grande en inversión, 47 millones. Habría que remontarse décadas para encontrar una situación parecida. El mandato pasado fue el del saneamiento, y ahora el mayor esfuerzo es de gestión, sobre todo de las inversiones.

¿Llega a la calle esa buena salud?

La reducción fiscal, que iniciamos hace dos años, contribuía al estímulo de la actividad económica de la ciudad, pero afectaba a sectores muy concretos. Este ejercicio haremos una rebaja fiscal de gran calado, que afecta a figuras recaudatorias muy importantes y que llega a toda la ciudadanía, como la basura (22 euros menos), el rodaje de vehículos (20%)... Son casi cinco millones de euros los que se reduce la presión fiscal. Para una familia media, el ahorro fiscal rondará los 120 euros.

Pero la gente pide más.

Tampoco nos queda mucho margen para reducir desde el punto de vista fiscal. Hemos alcanzado unos niveles de presión fiscal muy por debajo de cualquier ciudad de su tamaño. Lo que sí buscaremos son fórmulas que permitan simplificar la estructura tributaria del municipio y estimular determinadas actividades que consideramos importantes para la ciudad, como el uso de las energías renovables.

En 2019 hay elecciones. El alcalde repetirá como candidato. ¿Le gustaría seguir?

Es pronto para hablar de esos temas. Digo lo que se siempre se dice: estoy a disposición de la organización. No obstante, y como concejal de Patrimonio, sí que hay una serie de proyectos que están en marcha y que se van a empezar a ver durante este año, pero que no se culminarán hasta 2019 o 2020. El Palacio de Carta o el Templo Masónico son dos ejemplos. Una vez acabados, estos y otros, van a marcar un antes y un después en el conjunto del municipio.

O sea, que le gustaría verlos terminados como concejal.

Me gustaría verlos en cualquier caso.

Durante los últimos años se han incrementado los recursos para Atención Social, pero las críticas se han mantenido. ¿Es un problema de gestión?

Tanto una cosa como otra han mejorado de una forma radical en este mandato. Para este año aumentan un 30% las ayudas. Es cierto que el IMAS es un caso de "morir de éxito" por el catálogo de prestaciones sociales que tiene. Tendría menos listas de espera con un catálogo de ayudas mucho más reducido. Pero podemos sacar pecho con el esfuerzo que el ayuntamiento ha hecho y hace en materia social.