El Plan de Gestión de Riesgo de Arbolado permitió durante 2017 la revisión de 46.860 árboles de gran porte de la capital. Puesto en marcha en marzo, la iniciativa, que se repetirá a lo largo de este ejercicio, perseguía detectar las anomalías que presentaba el arbolado de las diferentes zonas verdes y viarias de la ciudad, con el objetivo de "minimizar" los riesgos que pudieran entrañar para los ciudadanos.

Así lo explica el concejal de Servicios Públicos, Dámaso Arteaga, área responsable de un actuación que ejecuta la UTE Urbaser-Interjardín. "Es un trabajo importante hacer un seguimiento durante todo el año para que, en caso de incidencias, la vegetación, sobre todo aquella de gran envergadura, responda correctamente", destaca. No obstante, también matiza: "El riesgo cero no existe".

El Plan de Gestión de Riesgo de Arbolado se dividió en dos fases. La primera consistió en revisar todo el arbolado de la ciudad, esos 46.860 ejemplares. Durante la segunda, en cambio, se evaluó la necesidad de realizar una diagnosis "detallada" de cada ejemplar detectado, determinando la mejor solución para disminuir el riesgo en cada caso.

Fruto de ese estudio, y como ha ocurrido en años anteriores, se detectaron ejemplares "no aptos" para continuar en las zonas verdes, y se procedió a informar para su tala.

También se dio cuenta durante esta parte del plan de los nuevos árboles que entraron en diagnosis y que en años anteriores no se consideró su inclusión en el programa.

Fruto de las revisiones e inspecciones realizadas, y según los datos reportados por Servicios Públicos, durante 2017 hubo que talar alrededor de 237 ejemplares de árboles y palmeras, 30 más que en el año 2016.

Las razones para proceder al corte de un árbol, según dan cuenta en el Servicio, son diferentes y van desde daños estructurales a enfermedades, vandalismo, seguridad o incompatibilidad con el espacio.

No obstante, todos los ejemplares retirados fueron sustituidos por otros, en algunos casos de porte "arbustivo" debido a la elevada densidad de plantación.

Uno de los últimos ejemplos, ya en 2018, se produjo hace unos días en el céntrico parque Don Quijote. La preocupación de los vecinos por la tala de una palmera descubrió que el ejemplar en cuestión estaba afectado por un hongo denominado fusarium.

Al finalizar 2017, y según los datos que arroja el Plan de Gestión de Riesgos de Arbolado, había 267 ejemplares en diagnosis, de los cuales 116 estaban localizados en el distrito Centro-Ifara; 113 en Salud-La Salle (aquí se taló la palmera); 27 en el distrito Ofra-Costa Sur; 5 en el distrito de Anaga; y seis en el distrito Suroeste.

Trabajos por distritos en 2017

Distrito Centro-Ifara. Se plantaron 47 árboles, 183 palmeras, 2.823 arbustos, 46 cactáceas, 669 vivaces y 8.498 unidades de tapizantelas.

Distrito Ofra-Costa Sur. Se plantaron 100 unidades de árboles, 68 palmeras y 956 unidades de arbustos.

Distrito Salud-La Salle. Se plantaron 97 árboles, 149 palmeras, 1.126 unidades de arbustos, 462 unidades de vivaces y 1.235 unidades de tapizante.

Distrito Suroeste. Se plantaron de 56 unidades de árboles, 163 palmeras, 202 unidades de arbustos, 206 unidades de vivaces y 750 unidades de tapizante.

Distrito de Anaga. Se plantaron 3 árboles, 9 unidades de palmera, 196 unidades de arbusto, 496 unidades de tapizante, 29 unidades de cactáceas y 391 unidades de vivaces.