Aunque los hechos se conocieron ayer, la Policía Local de Santa Cruz detectó e interceptó, el pasado 6 de abril, 40 kilogramos de queso y 9 de pata asada que eran transportados de manera ilegal en un furgón sin sistema de refrigeración y sin contar con la autorización obligatoria para ello.

Los agentes procedieron a denunciar este transporte y comunicar dicha situación, tanto al servicio municipal de Sanidad como al departamento de Transportes del Cabildo de Tenerife.

También se realizaron las gestiones pertinentes para la destrucción de dicha mercancía perecedera, que estaba destinada a varias empresas de cáterin y restauración de la capital tinerfeña.

Este servicio policial se inició en la calle Méndez Núñez, cuando los policías locales percibieron una carencia de datos identificativos en un camión frigorífico destinado al transporte de mercancías perecederas.

Tras detener el vehículo se procedió a una inspección rutinaria, y en ella se detectó que el sistema de frío del mismo no funcionaba. Según manifestó el conductor, esa refrigeración no era necesaria puesto que transportaba verduras para repartir en distintos establecimientos de la ciudad.

Sin embargo, después de proceder a la inspección se encontraron en la cava del vehículo diversos quesos frescos que deben conservarse refrigerados, al igual que varias piezas de pata asada. Del mismo modo, se hallaron otras piezas de queso similar en una bolsa dentro de la cabina del camión.

A la vista de estas circunstancias se solicitó la presencia del servicio de inspección sanitaria municipal por el posible incumplimiento de las condiciones del transporte y conservación de estas mercancías.

Después de la verificación del estado y temperatura de los quesos y la pata se contactó con el responsable del transporte y se determinó la destrucción de esta comida. Los agentes realizaron el correspondiente informe y procedieron a la denuncia.

Cabe recordar que, hace ahora un año, los agentes de la Policía Local de Santa Cruz detectaron dos camiones que transportaban alimentos de manera irregular. Uno de ellos llevaba comida a un hospital. Además, un mes después se denunció a una empresa de cáterin por cambiar alimentos a furgones de reparto en la calle sin guardar las medidas sanitarias obligatorias. Y en octubre se interceptó comida preparada transportada en un vehículo no autorizado.