Horas después de conseguir uno de esos "touché" informativos que tienen una dimensión histórica, su rostro aún destila la alegría del que sabe que ha protagonizado un golpe maestro. Aunque en fases de la entrevista minimiza el rédito político que le puede dar el pacto firmado el pasado martes con la cúpula de Cepsa, José Manuel Bermúdez es plenamente consciente de que su nombre ya está ligado con el Santa Cruz de Tenerife que viene. Y es que, a pesar de estar en una fase casi embrionaria, en el horizonte ya se sueña con una ciudad distinta que irá creciendo en dirección Añaza. Aquí nace una entrevista en la que el alcalde capitalino desvela las claves de una alianza inesperada, pero en la que también cabe el nuevo frente de Valleseco, la ordenación urbanística del barrio de El Toscal, las piezas que aún faltan por encajar en Cabo Llanos, los problemas de movilidad que estrangulan al municipio y, por supuesto, un avance de sus planes de futuro en la política local.

¿Cómo está evolucionando el día después de anunciar un acuerdo de este calado?

He captado muchos apoyos en la totalidad de las personas que se han dirigido a mí a través de las redes sociales, por el "whatsapp" o cara a cara... Santa Cruz aspiraba desde hace tiempo a recuperar los terrenos de la Refinería, pero lo cierto es que esta ha sido la primera vez que se firma un acuerdo con Cepsa para que eso ocurra.

¿Es consciente del valor histórico que tiene la fotografía que hoy (por el pasado miércoles) aparece en la portada de varios periódicos?

Soy consciente del momento histórico que me ha tocado vivir, pero también debo confesar que llevo algo más de un año y medio volcando muchos pensamientos en la firma de este acuerdo. Sabía el valor que tenía esta operación y por ello me apoyé tanto en el presidente del Cabildo como en el presidente de Canarias, que participaron en algunas de las reuniones previas a la firma del documento definitivo. Mentiría si no dijera que me hubiera gustado haberlo conseguido antes, pero una cosa son los deseos y otra la realidad de una operación muy compleja. También soy consciente de que aún queda mucho trabajo por delante.

En pleno Mundial, y tirando de un símil futbolístico, tenía que pasar lo de Cardeñosa en Argentina 78 para que esta oportunidad no acabara dentro de la portería, ¿no?

Tenemos que hacerlo bien... El Ayuntamiento tendrá que estar a la altura de esta oportunidad histórica, Cepsa tendrá que hacerlo bien y el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife tendrán que remar a favor. El Gobierno español también será un agente clave en esta travesía. Lo importante es que el primer paso ya se ha dado. Ahora hay que aprobar la modificación del Plan General de Ordenación (PGO), buscar las formas para descontaminar los terrenos -retirar chimeneas, tanques y tuberías- y, sobre todo, repensar cómo queremos esa ciudad; si buscamos un modelo sostenible, uno autosuficiente desde el punto de vista energético o un sistema de agua de riego cien por cien depurada. No solo se va a estudiar la relación que queremos tener con el mar, sino que se van a abrir dos nuevos accesos a esta capital (ahora solo existen la TF-5 y la TF-4)... Queremos ser un ejemplo en el mundo a la hora de reconvertir una refinería de petróleo en una ciudad sostenible. Ya lo hemos hecho a pequeña escala, cuando transformamos un vertedero de basura en un jardín botánico. Ahora, el reto es mayor.

Está claro que una jugada de estas dimensiones no se puede improvisar, ¿pero ha habido momentos en los que la negociación estuvo en riesgo?

No ha sido una negociación sencilla; sí un proceso en el que se dieron reuniones en las que hubo avances y estancamientos, pero nunca situaciones en las que una de las partes volvió a la estación anterior. En este sentido, quiero resaltar el comportamiento razonable que ha mostrado Cepsa desde el primer minuto en que nos sentamos a negociar. En ningún caso puso sobre la mesa cuestiones que fueran inalcanzables: el 67% de cesión de los terrenos que pasarán a tener una utilidad pública está por encima de lo que marca la legalidad. Por lo tanto, aquí ha pesado mucho el ADN canario del que habla Pedro Miró (vicepresidente y consejero delegado de Cepsa). Esta no es solo una oportunidad de negocio, sino algo emocional.

¿Esperaba que Santa Cruz Verde 2030 comenzara a latir en esta legislatura?

Yo ayer (por el pasado miércoles) tomé dos decisiones: firmé este acuerdo con Cepsa y di las primeras instrucciones en el Ayuntamiento para que nos pongamos a trabajar en Santa Cruz Verde 2030. Eso significa empezar a modificar el PGO para trazar un planeamiento específico y que Servicios Públicos estudie cómo se van a prestar nuestras competencias en materia de iluminación, de recogida de residuos y de transporte público en la zona. El Plan Estratégico de la Ciudad, que hasta hoy no tenía contemplada ni una sola actuación en esos terrenos, tendrá que adaptarse al futuro crecimiento de Santa Cruz. Hoy estamos más cerca de la Ciudad de la Justicia en Cabo Llanos que antes de ayer.

¿Hasta qué punto este acuerdo va a revitalizar los asuntos que faltan por resolver en Cabo Llanos?

Este acuerdo no solo va a revitalizar esos asuntos que están por resolver en Cabo Llanos, sino en el resto de la ciudad... Todo lo que falta por hacer en Cabo Llanos es público. Solo existe una parcela propiedad de DISA que está por definir. Libres quedan los terrenos del Ayuntamiento en los que debe ir un colegio, uno del Gobierno de Canarias para la futura Ciudad de la Justicia, otro que es propiedad de la Autoridad Portuaria, uno que está entre las dos torres en el que vamos a sacar un aparcamiento y una plaza y, por último, unos terrenos que eran de Gestur que ahora se están preparando para ser una alternativa a la Ciudad de la Justicia. Lo que no se ha desarrollado no es por culpa de una falta de planificación, sino de recursos económicos para acometer su ejecución. Eso no significa que el Plan de Cabo Llanos sea malo, sino que no se ha podido desarrollar en su totalidad porque los presupuestos no han favorecido esas actuaciones. Cabo Llanos se convirtió en una oportunidad que todavía no se ha culminado al cien por cien, pero no es justo negar la utilidad y el servicio que el Recinto Ferial, el Auditorio, el Parque Marítimo, el Palmétum y los comercios ubicados en la zona prestan a la ciudad. Cabo Llanos ha cubierto sus objetivos.

Hace unos años se planificó cambiar el frente de la ciudad en dirección a Las Teresitas. Aquello no salió bien y ahora se mira al otro lado. ¿Al margen de la oportunidad, qué factores han condicionado que esa escenografía costera se haya rodado?

No se ha rodado, se ha ampliado. Yo siempre hablo de las playas de Anaga, Las Teresitas, Valleseco, el enlace Puerto-Ciudad y Añaza... A partir de ahora tendremos que pensar en ese litoral desconocido que se abre entre los dos últimos enclaves. No sé si soy un soñador por ver que en esa franja podemos crear un espacio para el baño, de ocio, de interés económico para la ciudad y, sobre todo, habitable. Yo creo que no lo soy. Ahí está el nuevo Santa Cruz que verán las futuras generaciones.

Esa es la ciudad que viene, pero en El Toscal, por ejemplo, hay que dar algunos pasos firmes que tienen un gran valor estratégico para el futuro, ¿no?

En El Toscal lo que hay que hacer es aprobar el plan especial. Sabemos que hay dudas jurídicas que condicionan su futuro más cercano, pero ya no hay vuelta atrás. En El Toscal es preferible un plan no perfecto a un no plan, es decir, hay que actuar ya. Los vecinos llevan esperando demasiado tiempo por ese planeamiento y por esa razón es mejor aprobarlo y luego modificarlo.

¿Y cómo se resuelve el tema?

Aquí hay dos posicionamientos jurídicos enfrentados. Uno apunta a que el plan es nulo y lo defienden unos juristas, mientras que la otra parte, en la que está el secretario del Ayuntamiento, sostiene que simplemente es anulable: el Plan Especial de El Toscal salió a información pública, los vecinos realizaron sus alegaciones y ahora lo que tiene que hacer esta administración es contestar esas reclamaciones para aprobarlo antes de final de año.

¿Está convencido de que esa solución llegará antes de que acabe este año?

Ese es nuestro objetivo, que sería otro hito importante para la ciudad porque nos permitiría hacer varias actuaciones en El Toscal: dar la oportunidad a los vecinos para que puedan invertir en la rehabilitación de sus viviendas y estas puedan ser habitadas, ganando algo de dinero con ello, porque nadie va a acometer un proyecto de esa dimensión en un inmueble que está en ruinas sin obtener un beneficio. Otras intervenciones están asociadas con proyectos de peatonización y con el hecho de poner más bonito el barrio. Cuando exista un plan haremos los aparcamientos que necesita El Toscal, construir una piscina cubierta que es necesaria para el centro de la ciudad y otras medidas en las que deberán confluir los intereses públicos y privados. Aunque tengamos el dinero para proyectar mejoras en El Toscal, sin la aprobación urbanística no hay nada que hacer.

Hablando de movilidad y de falta de aparcamientos, ¿estamos más cerca de aprobar medidas especiales para limitar el acceso de vehículos a la capital?

Santa Cruz vive de la población flotante. Todos los días entran y salen miles de personas que trabajan en la ciudad, que vienen a resolver un problema, a completar una gestión administrativa... La solución no pasa por ponérselo mucho más difícil a los conductores, los posibles arreglos están encaminados a ofrecerles facilidades. Los terrenos de Cepsa no solo nos van a permitir dos nuevos accesos a la ciudad, sino que también existe la posibilidad de crear zonas de aparcamiento. Yo reclamo más inversiones en carreteras que conecten mejor a Santa Cruz y La Laguna con el norte y sur de la Isla. El anillo insular es clave y hay que favorecer que esté culminado al cien por cien, es decir, hay que cerrarlo antes de que el tráfico se vea obligado a entrar en el corazón de los municipios del área metropolitana.

¿Eso quiere decir que los dueños de matrículas pares o impares, o de motores diésel, pueden estar tranquilos?

No descarto tomar medidas especiales de movilidad, pero el tráfico se puede ordenar mejor. La demanda del Ayuntamiento en estos momentos es que nos hagan más accesible la ciudad; que separen el tráfico portuario en la Avenida Marítima -en la zona que va desde el Auditorio de Tenerife a la conexión con la TF-1- del que va al resto de la ciudad. Ahí se están generando unos problemas de intensificación graves. Hay que dividir ese flujo como en el resto de la ciudad. ¿Cómo? El Gobierno de Canarias y el Cabildo deberían proyectar la separación y tunelización del tráfico portuario del que se genera en el resto de ese perímetro de la ciudad.

Estos días vuelve a hablarse con cierta intensidad de la ampliación del tranvía y del desarrollo del tren del Sur. ¿Ahí habrá que estudiar las opciones de La Gallega y Las Teresitas?

El tranvía ha sido un éxito para Santa Cruz y La Laguna, lo que necesariamente implica decir que el presidente Ricardo Melchior tenía razón. Es un medio de transporte accesible y puntual que debe crecer más en el área metropolitana, por lo tanto, no voy a ser yo el que diga que esas nuevas líneas no son necesarias. Lo que hay que procurar es que el tranvía sea compatible con el servicio que ofrecen las guaguas y el sector del taxi: estamos realizando una apuesta con dinero público para contar con el número de licencias que debíamos tener en función de la población. Eso va a cambiar con el futuro desarrollo de Santa Cruz Verde 2030 porque en los terrenos de la Refinería se van a concentrar entre 12 y 15.000 ciudadanos. ¡Habrá que revisar muchas cosas!

¿Lo que parece que empieza a ser más difícil de creer es que Santa Cruz es una ciudad muerta?

(Silencio)... La cantinela de que Santa Cruz es una ciudad muerta ya no cuela; esa frase es de otra época. Estamos más vivos que nunca pues hay un amplio calendario de actividades diarias. El ocio nocturno es un asunto que no le corresponde gestionar al Ayuntamiento. Ese es un negocio que debe fomentar el sector empresarial sin poner en riesgo el descanso de los ciudadanos.

"Nuestro crecimiento estaba estrangulado"

"Santa Cruz ya no podía crecer hacia el sur, lo único que podíamos hacer era saltar por arriba de la Refinería e irnos al suroeste. Sin este acuerdo, lo que no parecía lógico era que en la avenida Manuel Hermoso existiera una acera habitada y la otra que no se podía usar por la existencia de un muro. ¡Esta era una vieja aspiración!".

"Valleseco es algo más que un acto emocional"

"Esa es la playa en la que aprendí a nadar y en la que viví 15 años de mi vida, pero Valleseco es algo más que un acto emocional. Todos esos recuerdos, algunos recogidos desde el balcón de mi casa, no me afectan a la hora de vislumbrar la importancia que tiene este enclave en el nuevo Santa Cruz. Allí hay un kilómetro de zona de baño y ocio que no solo podrá ser útil para los vecinos de Valleseco, sino para el resto de la ciudadanía. Eso sí, habrá que ir caminando porque no vamos a disponer de mucho espacio para aparcamientos. Estamos luchando para que la Autoridad Portuaria saque a concurso la obra antes de que finalice este año: queremos llevar la aprobación definitiva del Plan Especial de Valleseco al pleno de este mes. Si los plazos acompañan, pronto veremos cómo se transforma ese litoral.

"Con o sin tasa, hay que hablar con los rent a car"

"Es bueno que la industria turística contribuya a mejorar el medioambiente de Tenerife. En ese punto no existen dudas con respecto a lo que estamos proyectando en Santa Cruz Verde 2030. La apuesta del presidente del Cabildo aboga por la vía de un impuesto a las compañías de coches de alquiler. Con o sin tasa, hay que hablar con los rent a car, porque es evidente que se deben mojar un poco más en las cuestiones vinculadas con la naturaleza".

José Manuel Bermúdez Esparza, lejos de plantearse la histórica colaboración recién sellada con Cepsa como una especie de bola de partido, anuncia que su intención es aprovechar la actual legislatura hasta que suene la campana: "No sé si algunos pretenden que me esté quieto, pero no lo voy a hacer", afirma en respuesta a unos comentarios críticos vertidos desde Ciudadanos en los que se valoraba el anuncio de electoralista. "Estaré sacando proyectos útiles para la ciudad hasta el último minuto", añadiendo que no tiene la intención de parar. "Los partidos de baloncesto duran cuatro cuartos y un mandato cuatro años. En lo de Cepsa no existe nada electoralista porque esto es el resultado de un año y medio de trabajo, pero es que hace ya más de tres que Carlos Alonso me dijo que esta podía ser una oportunidad real. Este asunto se cruzó en medio de otra negociación, me lo contó y decidí que era algo que teníamos que estudiar", asegura el candidato de Coalición Canaria al consistorio santacrucero en el proceso electoral que tendrá lugar el próximo año. "Será la última vez que me presente... Lo que sí tengo claro en estos momentos es que al final de este mandato voy a dejar un municipio mucho mejor que el que me encontré en 2011. También un ayuntamiento mejor gestionado y más pacífico del que me encontré", remarcando que la administración municipal de 2018 es más cercana a la problemática de los ciudadanos. "Lo que nadie me puede llamar es negligente o mentir diciendo que cuando hay problemas miro para el otro lado", censura el dirigente nacionalista en un punto de la conversación en el que pone como ejemplo un tema que se está negociando estos días con Costas que afecta al futuro de la cofradía de pescadores de San Andrés. "Nuestra intención es salvarla, pero no sé si nos van a dejar. Lo que sí garantizo es que este equipo de gobierno está poniendo todos los medios que tiene a su alcance para encontrar una solución favorable", desvela en referencia al peso que tienen los ciudadanos. "Si me votan o no es algo que tendrán que decidir otras personas más adelante, pero eso no debe alterar ni un milímetro nuestros planes actuales. Siempre he abogado por políticas participativas en las que las personas tengan la información más transparente posible, pero eso no significa que podamos asumir todas las peticiones que recibimos. Existen muros económicos que no podemos saltar", concluyó.