La guerra ya está abierta entre los agentes de la Policía Local de Santa Cruz y los conductores de Titsa, un conflicto generado por una multa interpuesta hace un año (22 de mayo de 2017) a una guagua que paró por fuera de la delimitación de la parada para la recogida de pasajeros en la calle Tomé Cano, frente al ambulatorio.

Desde entonces, el celo profesional de los agentes de la Policía Local y de los conductores de guaguas se ha desbordado, hasta tal punto de que la Policía no deja pasar ni una a ningún vehículo del transporte urbano de Santa Cruz y los conductores de las guaguas, a través del órgano de control de transporte, colapsan la centralita de la Policía para denunciar la ocupación de vehículos privados de las paradas asignadas.

Fuentes de ambos gremios aseguraron ayer que "no existe conflicto como tal", aunque agentes y conductores consultados están intensificando su trabajo porque "no ha gustado el posicionamiento" de las partes implicadas.

Así, los policías están haciendo informes negativos de que muchas de las paradas están mal señalizadas en Santa Cruz, así como de guaguas que, aun teniendo libre el estacionamiento de las guaguas, no se arriman, y dejan a los pasajeros en el carril de circulación. En cambio, fuentes de la Policía Local confirman que desde Titsa se están recibiendo llamadas cada vez que hay vehículos en las paradas.

Ambos lados están en medio de un celo profesional que puede desembocar en cualquier momento en una tensión innecesaria desde hace un año a raíz de la multa interpuesta a una guagua de Titsa en

Tomé Cano, una de las más conflictivas. Tanto funcionarios policiales como conductores advierten de la posibilidad de que "la guerra" vaya a más y mucho más ahora que el sindicato USO hiciera pública días atrás una nota informativa acusando a la Policía Local y al propio Ayuntamiento de Santa Cruz de dificultar el trabajo del servicio urbano de Titsa.

En este caso, el responsable de USO en el servicio urbano de Titsa, Juan Pedro Hernández, rechazó por completo "la existencia de una guerra soterrada entre la Policía Local de Santa Cruz y los conductores de Titsa", enfocando todas sus denuncias en el ayuntamiento de una forma generalizada.

Confirmó que el detonante de los problemas se centra en que la multa no se ha desactivado en el aparato administrativo del ayuntamiento, "algo que no podemos permitir. La Policía hace su trabajo pero estamos en un servicio público y eso va en contra del día a día. Cierto es que en cada gremio hay de todo y puede haber algún conductor que se excede, pero insisto, no hay nada con la Policía Local", apuntó.

Criticó que "el ayuntamiento no puede hablar de movilidad adaptada", remitiéndose a las dimensiones de las paradas que existen en el callejero en comparación con las de las guaguas.

Por su parte, el portavoz del CSIF en la Policía Local, Jesús Illada, defendió la acción policial "porque siempre hemos tenido mano izquierda y nos hacemos cargo de los problemas de los conductores". No obstante, quiso dejar claro que la denuncia de hace un año contra un conductor estaba basada en que no existían vehículos ocupando la parada, "y todo esto ha sido porque algún conductor no ha querido asumir sus culpas", dijo.

Reconociendo que el comunicado de USO "ha causado cierto malestar", Illada advirtió de que esta situación puede acabar en un problema de orden público, entendiendo de forma irónica que "los sindicatos tienen que hablar para sus trabajadores".