Veintiséis años después de que se aprobaran sus estatutos, la Junta de Compensación del Polígono Cepsa-Disa, que ocupa los terrenos del conocido como nuevo Cabo Llanos, toca a su fin. La Gerencia de Urbanismo de Santa Cruz ha iniciado los trámites para disolver una sociedad que atesora gran parte del desarrollo urbano que se ha producido durante la última década en la capital tinerfeña.

Así lo establece una resolución firmada hace algunas fechas por parte del concejal de Urbanismo, Carlos Tarife, un documento que recoge todos los pormenores registrados en una zona de vital importancia para la ciudad. En palabras del edil, "la primera vez que Cepsa abrió el grifo a la primera expansión de la ciudad".

La resolución fija en enero de 1989 los "antecedentes" del desarrollo del Polígono Cepsa-Disa, con el convenio suscrito en aquel momento entre la compañía Cepsa y el Consistorio de la capital, presidido entonces por Manuel Hermoso.

Los siguientes hitos quedarían fijados entre 1992 y 2005. Ese año -1992- el PGO contempló el desarrollo urbanístico del polígono y Cepsa y el ayuntamiento acordaron la cesión anticipada del suelo destinado al Parque Marítimo, Recinto Ferial y el enlace por la Vía de Penetración.

En los siguientes dos ejercicios, 1993 y 1994, se aprobaron los estatutos de la junta y su constitución definitiva, y, un año más tarde, en abril de 1995, el pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz dio el visto al correspondiente estudio de detalle para completar las determinaciones de ordenación. En septiembre de 1996 llegaría el visto bueno definitivo al proyecto de urbanización.

Comenzaría así, no sin superar diversas circunstancias a lo largo del tiempo, el desarrollo urbanístico del nuevo Cabo Llanos hasta convertirse en lo que es hoy. Por ejemplo, la construcción del recinto ferial determinó la necesidad del desplazamiento del eje de la prolongación de la avenida Benito Pérez Armas, la actual avenida Manuel Hermoso Rojas, y obligó tanto a cambiar el estudio de detalle como a reducir algunas parcelas.

Y ya con las obras en marcha en varias parcelas se produjeron discordancias entre los instrumentos de ordenación aprobados y el Plan Insular de Infraestructuras que establecía el emplazamiento del intercambiador de transportes y los trazados del tranvía y del carril bus que conectaban con él y que incidían en la calle Álvaro Rodríguez López, vía paralela a Tres de Mayo.

Todos estos inconvenientes se fueron resolviendo con modificaciones puntuales del Plan General en vigor, entre ellas la que motivó el mantenimiento de El Tanque como espacio cultural.

"Hemos llegado a una fase en la que, salvo las parcelas públicas, el resto de cuestiones están ya dilucidadas. Con esto quedaría cerrada una operación urbanística que comenzó en 1989", indica Carlos Tarife, que justifica así el proceso de disolución iniciado por la Gerencia de Urbanismo.

Curiosamente, el final de la Junta de Compensación del Polígono Cepsa-Disa casi coincide en el tiempo con dos asuntos de gran trascendencia para el municipio y que han cobrado actualidad durante los últimos meses e, incluso, semanas: por un lado, el anunciado acuerdo entre el Ayuntamiento de Santa Cruz y Cepsa para la salida definitiva de la refinería de la capital, proyecto definido como Santa Cruz Verde 2030, y, por otro, la reciente compra, por parte del Cabildo de Tenerife, de un edificio de 12 plantas, construido en esta zona de la ciudad y hasta ahora sin uso, al empresario Antonio Plasencia por más de 20 millones de euros.