"No saben los jóvenes todo lo que se pierden. Nosotros somos el futuro". Así concluye Adonis un corto, pero intenso, resumen de su vida. Aunque solo tiene 22 años, su historia bien podría ser la de alguien con muchos más a cuestas.

Con su afirmación hace referencia a la adicción a los videojuegos que lo llevó a tocar fondo hace ahora, aproximadamente, un año. "Se convirtió en una droga. El mundo real no me gustaba nada y me escondí en los videojuegos. No había otra cosa que me ilusionara. Me olvidé de la familia, de los amigos y de la vida", reconoce.

Ese fue el final de una trayectoria vital en constante retroceso que arrancó cuando cumplió los 18 años. Tal vez antes, incluso. Con esa edad, e inmerso en una depresión "por diversas circunstancias", Adonis viajó a Madrid, donde pasó tres años vinculado a la ONG Remar Internacional.

"Acudí a la aventura y aprendí mucho", reconoce. Pero lo peor estaba por llegar. De regreso a Tenerife sus expectativas no se vieron cumplidas y por falta de trabajo y de recursos su caída se aceleró de tal forma que acabó, a finales del año pasado, como un usuario más del albergue municipal. Allí permaneció tres meses, hasta que apareció un "ángel de la guarda": la trabajadora social Blanca Tabares.

Ella fue la responsable de que Adonis tuviera una nueva oportunidad en la vida, con su derivación al piso tutelado para jóvenes menores de 30 años en situación de vulnerabilidad puesto en marcha por el Ayuntamiento de Santa Cruz en 2017 y que gestiona la Fundación Don Bosco.

"Fue entonces cuando mi vida empezó a cambiar. Pero el primer paso que hay que dar es dejarse ayudar. Yo quería encontrar una salida, aunque aún no sabía cuál", relata el joven, que asegura que ha recuperado la ilusión y tiene unos objetivos. Gran parte de ese cambio se lo debe, y así lo agradece, a la educadora Virginia Mora.

"Logré superar mi adicción a los videojuegos y hoy solo recurro a ellos como una forma de pasar un rato agradable con amigos", subraya.

Como ejemplo del cambio que ha experimentado, Adonis avanza sus planes de futuro: "De aquí a cinco años quiero sacarme el carné de conducir y seguir formándome como diseñador gráfico".

Y es que con una enorme creatividad desde niño, el joven, que ahora trabaja de charcutero como un paso más cara a su inserción laboral, aspira a ser un reconocido diseñador. De hecho, ya tiene su propia marca: ADH Grafics. "Como Lucasfilm", bromea.

Junto a Adonis, ahora disfrutan de este piso tutelado otros tres jóvenes, y cuatro más lo hicieron desde 2017 con distintos resultados.

Ayer, el concejal de Atención Social de Santa Cruz, Óscar García, visitó el recurso municipal, acompañado de la concejal de Seguridad, Zaida González, y el director territorial de la fundación Don Bosco, Miguel Ángel Rojas.

Merced al proyecto de trabajo que gestiona Don Bosco, que además del piso ofrece otras acciones complementarias, 39 jóvenes recibieron atención y asesoramiento durante 2018, encaminado a facilitar su integración social.