Un agente de la Policía Local de la capital tinerfeña detectó la tarde de este miércoles una pequeña hendidura en un tramo de acera de la avenida Reyes Católicos, cerca del instituto El Chapatal, tras lo que dio el aviso pertinente para que se vallara la zona.

Aunque el hueco, a la vista, no es de gran tamaño -entre 15 y 20 centímetros-, la posibilidad de que existiera un vacío mayor debajo llevó al ayuntamiento a señalizar el espacio con un cono y una valla.

Ayer, el concejal de Servicios Públicos, Dámaso Arteaga, anunció que se van a realizar una serie de catas en el entorno en el que se detectó el orificio, pero descartó que se trate de algo "raro".

El edil indicó que es la segunda vez que el consistorio se ve obligado a actuar en esta zona, y achacó el hueco que se ha abierto a la falta de compactación adecuada del muro de contención cuando se construyó el edificio.

"El relleno de la acera no fue correctamente compactado y esa zona se lava con el paso del tiempo y el efecto de las aguas y se producen este tipo de agujeros", explicó. Dragados será la empresa encargada de realizar las catas.

Arteaga también descartó que el hueco encontrado ahora tenga que ver con el tubo volcánico que recorre esta zona de la capital y precisó que la actuación que se va a ejecutar es similar a la que ya se tuvo que acometer el año pasado en la acera de la avenida Buenos Aires, junto al edificio El Cabo. En aquella ocasión, los trabajos se prolongaron durante varios días.

"Se hace una cata, se descubre un poco, se ve el tamaño, se rellena y se sanea", resumió el concejal.

De cualquier forma, no es la primera vez que los vecinos del edificio Reyes Católicos viven una situación similar. Ya en 2013, siendo concejal de Urbanismo el socialista José Ángel Martín, se detectó en la misma zona que ahora una grieta de 15 metros de profundidad.

Tras ser valorada por los técnicos de la Gerencia de Urbanismo y después de descartarse también que tuviera que ver con el mencionado tubo volcánico -aunque al principio también existían dudas al respecto-, el Ayuntamiento de la capital procedió a realizar el relleno del espacio sin mayor problema.

Desde esas fechas hasta ahora, confirman varios vecinos del entorno, no se había vuelto a producir ninguna incidencia de este tipo.

Según distintas estimaciones, el tubo volcánico que atraviesa el subsuelo de Santa Cruz puede medir unos dos kilómetros. En todo caso, y según la opinión de distintos expertos a los que se ha consultado en anteriores ocasiones por estas cavidades, no se sabe si alguien lo recorrió en su totalidad, algo imposible en la actualidad porque las edificaciones han condenado varios tramos.