Indignación. Es el sentimiento más extendido entre los colectivos vecinales de Anaga después de que el área de Medio Ambiente del Cabildo delimitara y prohibiera el pastoreo de cabras que desarrolla una de las últimas explotaciones ganaderas del Parque Rural de Anaga, en la zona de la Reserva Natural Integral del Pijaral, en el valle de Benijo, dentro del Parque Rural de Anaga.

La comunicación realizada por los guardas de Medio Ambiente a la propiedad de la explotación afectada ha provocado grandes críticas entre las distintas asociaciones radicadas en el Macizo de Anaga, que ya se están organizando para protestar contra una medida que limita, en gran medida, la actividad ganadera tradicional en una zona en la que se ha desarrollado históricamente.

Según diversas fuentes consultadas, los vecinos ya se preparan para realizar una recogida de firmas en todas las sedes sociales y culturales del parque en defensa del sector primario en Anaga, uno de los grandes valores que identifican la Reserva Mundial de la Biosfera. Al margen de la reclamación, los colectivos han iniciado consultas para determinar qué otras medidas se pueden tomar, desde protestar a las puertas del Cabildo por lo que consideran una "situación injusta" y que "atenta contra el sector primario tradicional", hasta cortar carreteras y otro tipo de iniciativas en defensa de la actividad, señalaron.

El origen de la prohibición de la zona habitual de pastoreo de cabras que se ha ejercido en la zona viene determinada por la modificación de los deslindes de la Reserva Integral del Pijaral.

Los afectados señalan que, en cualquier caso, no han sido informados de ese deslinde y destacan que la medida supone "partir en dos" la tradicional zona de pastoreo de cabras que se viene ejerciendo en un enclave que es de propiedad privada.

Critican, en cambio, la poca predisposición por parte de la Corporación insular para desarrollar de una vez por todas el control de los cientos de cabras y ovejas salvajes que existen en Anaga y que afectan a cultivos, bienes materiales y a la flora endémica del Parque Rural. "Es una situación contradictoria", recalcan.

Otras fuentes apuntaron que el área de Medio Ambiente insular, a través de los guardas, ya se puso en contacto con la empresa afectada por la prohibición el pasado día 25. Ese día se le informó de la delimitación de su zona de pastoreo.

Por ello, desde hace unos días ya se está redactando un documento para solicitar, entre otras cuestiones, un nuevo cambio de límites de la Reserva Natural Integral del Pijaral para preservar el monte, pero también para consolidar la tradicional zona de pastoreo, y hacer modificaciones en el régimen de usos del Plan Director de la Reserva Natural Integral del Pijaral para que esta actividad tradicional sea de uso autorizable.

La explotación ganadera afectada es una empresa de carácter familiar que durante más de 200 años -dicen- ha venido pastoreando en la zona ahora delimitada.

Al respecto, desde el área de Medio Ambiente apuntaron ayer que "se han mantenido diversas reuniones con la propiedad para explicarle que su finca no se encuentra dentro de los límites de la reserva -se le han llevado los mapas para que lo vea- y que tiene que controlar su ganado".

Aclararon que la propiedad de la explotación ganadera "tiene unas cabras, las deja sueltas y las cabras se meten en la reserva del Pijaral, que está protegida".

Las mismas fuentes añadieron que se ha advertido a los propietarios de la explotación de que "podrían ser multados", ya que se trata de una zona protegida, con especies endémicas y únicas en el mundo.

En esta línea, desde el área de Medio Ambiente del Cabildo reconocieron tener conocimiento de que los dueños de la empresa van a solicitar que se haga un cambio de uso del suelo o que se modifique la delimitación de la reserva para que las cabras puedan pastar allí.

Protección de ámbito regional

La Reserva Natural Integral del Pijaral constituye un paraje con importantes valores ambientales, al albergar una de las mejores muestras de la laurisilva de la Isla. Este lugar protegido por una normativa regional se encuentra emplazado en la vertiente norte del Macizo de Anaga.

Una orografía singular en 300 hectáreas

Con una extensión de 300 hectáreas dentro del término municipal de Santa Cruz, está caracterizado por unas fuertes pendientes y grandes desniveles poblados con una densa cobertera vegetal, principalmente a base de laurisilva. En el ámbito existen especies vegetales y de fauna únicas en el mundo.

Una práctica que pone en peligro el ecosistema

Las mencionadas pendientes han favorecido su exclusión del uso humano y han permitido al entorno mantener el estado de conservación que presenta en la actualidad. No obstante, el pastoreo, fundamentalmente en las partes más bajas de los barrancos, constituye una práctica que pone en peligro al ecosistema, según el área de Medio Ambiente.