Hacer al menos una comida al día toda la familia es un sencillo método para prevenir la aparición de trastornos alimentarios. Así lo explicó ayer José Pereira, psicólogo y técnico de Salud Mental de la Dirección General de Programas Asistenciales del Servicio Canario de Salud (SCS).

Pereira, que presentó ayer el Protocolo de Actuación en los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) de Canarias, a los mé-dicos de Santa Cruz de Tenerife, explicó que los TCA "constituyen un grave problema de salud que causa una gran alarma social". Por este motivo añadió que era importante "sensibilizar" a toda la sociedad para prevenir la aparición de lo que hoy es considerado un trastorno mental.

Los TCA afectan a casi el 5% de los adolescentes canarios: el 0,4 padecen anorexia; el 0,76 bulimia y el 3,6% otros trastornos alimentarios.

Aunque hay casos de TCA "en la edad infantil" y en "edades tardías (30 o 40 años)", el grueso de esta enfermedad sigue afectando fundamentalmente a niñas de edades comprendidas entre los 14 y los 18 años, explicó Pereira.

Este experto recordó que entre el 30 y 40% de los pacientes con anorexia evoluciona satisfactoriamente, pero que el 30% vuelve a presentar síntomas a largo plazo y el 20% tiene "una evolución crónica", con brotes y episodios periódicos.

Además, el 50% de los enfermos de anorexia presenta síntomas de bulimia como una complicación de su enfermedad.

El porcentaje de los pacientes con anorexia que fallecen es muy pequeño, pero existe, por eso Pereira incidió en la importancia de la prevención, del abordaje multidisciplinar y rápido a estos enfermos.

Así, detalló que hay tres tipos de prevención: primaria, secundaria y terciaria. La primera consiste en una "acción directa para reducir la incidencia" de los TCA, que pasa por informar a las familias y a la población general. La segunda consiste en que entre la detección de la enfermedad y el inicio del tratamiento pase el menor tiempo posible y la terciaria se refiere a evitar las complicaciones más severas y la cronificación los TCA.

Dentro de la familia, el psicólogo explicó que era fundamental el conocimiento sobre "lo que es una alimentación saludable", "evitar bromas sobre el aspecto físico" o que "la comida sea el eje" de todas las conversaciones. Además, es fundamental realizar "al menos una comida al día en familia", algo que hace unos años no tendría que mencionarse, pero que el modo de vida actual lo hace difícil.

Pereira mencionó el caso de una paciente a la que en una reunión familiar un tío le dijo "que estaba como una vaca". "Y se juró a sí misma que nadie volvería a llamarla vaca. Y así fue...", completó. Esa paciente desarrolló una grave anorexia. "Los adultos deben estar atentos a los comentarios que realizan sobre el aspecto físico", añadió.

Lidia Díaz, médico de Atención Primaria, destacó que los doctores de Familia eran los que debían estar más atentos para detectar este tipo de enfermedades, ya que es el médico que más frecuentemente ve a los pacientes. "Las consultas de Atención Primaria es un lugar privilegiado para recomendar pautas saludables de vida", dijo. Asimismo dijo que estos facultativos eran los que debían de estar atentos a las poblaciones con riesgo de sufrir estas enfermedades (adolescentes obsesionados con su aspecto físico o a disgusto con su peso).

Pereira recordó que los TCA son enfermedades "complicadas" en las que intervienen muchos factores. De ahí la importancia de este Protocolo que establece unos criterios diagnósticos específicos. Por ejemplo, el individuo con anorexia nerviosa tiene un índice de masa corporal inferior a 17,5 (lo normal está entre 21 y 25).

Hoy en día existe una mayor sensibilidad hacia los TCA, pero la anorexia y la bulimia no son enfermedades "nuevas". "Existen textos en la Edad Media" que mencionan casos de santas que no comían, explicó José Pereira. Es el caso de "Santa Catalina de Siena", en el siglo XIV, que se sometía a largos períodos de ayuno en los que sólo se alimentaba de la Eucaristía, según se explica en los textos históricos.