El parque nacional de Las Tablas de Daimiel recobra gradualmente sus procesos biológicos, que se reflejan en el aumento de las poblaciones de praderas de carófitos (plantas subacuáticas) que han favorecido el incremento de especies de aves, que en el último censo han sido cincuenta y dos.

En declaraciones a Efe, el director-conservador de Las Tablas de Daimiel, Carlos Ruiz de la Hermosa, ha dicho que con la inundación del parque se han puesto en marcha todos los procesos biológicos que normalmente se daban en este espacio protegido y que habían desaparecido en los últimos años como consecuencia de la sequía.

La recuperación de las poblaciones de plantas subacuáticas, las conocidas como praderas de carófitos, que poco a poco van poblando el subsuelo del parque, es uno de los hechos más destacables, ha señalado Ruiz de la Hermosa, puesto que "son esenciales para el buen funcionamiento del ecosistema".

Ruiz de la Hermosa ha explicado que estas plantas oxigenan el agua, fijan los sedimentos y constituyen una base fundamental de alimentación para aves tan emblemáticas como el pato colorado (Netta rufina) y el resto de las aves buceadoras.

El director del parque ha asegurado que un reciente trabajo de campo para evaluar el desarrollo de las praderas sumergidas realizado por los científicos del Centros Superior de Investigaciones Científicas (CSIS) Santos Cirujano y Miguel Álvarez Cobelas, ha puesto de manifiesto que las praderas de ovas (plantas acuáticas) evolucionan adecuadamente.

Este informe constata la presencia de especies que no se habían recolectado desde 1997, como las formaciones primaverales de Tolpella glomerata y Tolpella hispánica.

El desarrollo de estas praderas, según el informe, no es homogéneo en todo el parque y en estos momentos se registra más en la mitad oriental, donde el agua que cubre Las Tablas tiene menor profundidad.

Respecto a la fauna, los técnicos del parque están observando "censo tras censo que se incrementa el número de especies presentes en Las Tablas de Daimiel".

En términos absolutos, ha dicho, "no se encuentran cifras desproporcionadas de poblaciones", una situación que se justifica en el hecho de que aún es pronto para que las aves recuperen la querencia por el entorno después de cinco años con el parque seco.

No obstante, en el último censo, teniendo en cuenta que ya muchas hembras se encuentran incubando en los nidos, se han llegado a contabilizar más de 1.750 ejemplares de las diferentes especies presentes en el parque.

Ha explicado que en los últimos cinco años se han perdido todas las poblaciones de peces al estar Las Tablas completamente secas, sin embargo, han constado ya la entrada de peces a través del río Gigüela y el río Azuer, y con toda probabilidad, "a finales de primavera y principios de verano se reproducirán y darán la posibilidad de mejorar estas poblaciones".

Las perspectivas para el otoño, ha manifestado Ruiz de la Hermosa, son bastante alentadoras, y si todo se desarrolla con normalidad, esperan que en términos absolutos el número de aves sea mucho mayor y, sobre todo, que continúe incrementándose el número de especies diferentes.