Como cada mes de mayo, las amenazadas tortugas marinas del Golfo de México depositan sus huevos en las playas de la región en un ritual que peligra este año ante la masiva y tóxica presencia de petróleo en las aguas de la zona.

Michael Ziccardi, un veterinario con experiencia en 50 derrames petrolíferos, está en el centro de la campaña para el rescate de animales del Golfo, que entró en alerta esta semana tras la aparición de varios delfines muertos.

Ziccardi dirige el Centro para el Cuidado de la Fauna y Flora Contaminados por Derrames de la Universidad de California y coordina desde hace semanas con el Gobierno de EEUU y unas 200 organizaciones medioambientales los planes para tratar a tortugas y mamíferos marinos si se concreta la tragedia ecológica en el Golfo.

La zona es hábitat de animales amenazados como las especies de tortugas marinas Kemp Ridley, Hawksbill, Loggerhead y Leatherback y el cotizado atún rojo, cuya población ha caído en más del 80 por ciento debido a la sobrepesca.