La prioridad que las Consejerías de Educación otorgan a los criterios de admisión escolar es dispar, de forma que un mismo alumno, con circunstancias personales y familiares idénticas, podría conseguir o no plaza en el centro educativo deseado en función de la comunidad autónoma de residencia.

El presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), Pedro Rascón, apuntó que tal vez sería "deseable" y "lógico" que el orden de importancia de los criterios fuera igual en todas las comunidades, sin olvidar sus competencias.

"Éste es uno de los problemas que tiene la educación en España, con casi diecisiete sistemas", apostilló el secretario general de la Confederación Católica de Padres de Alumnos (CONCAPA), José Manuel Martínez, quien propone una ponderación de cada criterio en la baremación total.

Las autonomías, que suelen abrir el período de solicitud entre marzo y abril, y de matriculación entre mayo y junio, aplican desde 2007 normativas adaptadas a la Ley Orgánica de Educación (LOE).

Cuando no existan plazas suficientes en un centro, dice la ley, el procedimiento general de admisión se ceñirá a los criterios de hermanos matriculados en el mismo centro o padres y tutores que trabajen allí, proximidad del domicilio o del lugar de trabajo, rentas anuales de la familia y discapacidad.

Las administraciones garantizarán la igualdad en la aplicación de las normas de admisión, lo que incluye el establecimiento de las "mismas áreas de influencia para los centros públicos y privados concertados" de un mismo municipio o ámbito territorial, lo que se conoce como "zonificación".

Admisión diferente

Sin embargo, el peso que cada criterio de admisión tiene en la educación infantil y la obligatoria (Primaria y ESO) es diferente si se comparan las comunidades, según se deduce de los datos recogidos en la Guía DICES de los Mejores Colegios de España 2010-2011, publicada por Infoempleo.

La ubicación del domicilio familiar o del trabajo de los padres en la misma zona del centro escolar suele ser el elemento con más valor, pero no ocurre así en Cataluña, Baleares ni País Vasco, donde es superado en puntos por el de hermanos escolarizados y el de padres que trabajan en él.

En Cataluña, el domicilio puntúa entre 20 y 30, mientras que los hermanos matriculados y los padres empleados en el mismo centro tienen una valoración de 40 en cada caso; en el País Vasco son entre 2 y 5 puntos en el primer criterio.