El buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa zarpa hoy desde Las Palmas de Gran Canaria hacia Santo Domingo para hacer una radiografía al Atlántico y arrojar luz sobre la importancia del océano en el clima, una expedición que, según sus responsables, aportará datos inmediatos e interesantes.

Investigadores y autoridades han acudido hoy al Puerto de la Luz y de Las Palmas para despedir a este buque, que se sumará a la expedición Malaspina, un proyecto multidisciplinar en el que participan 27 grupos de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y 16 universidades, entre otros.

"Hoy despedimos al Sarmiento, el otro buque de la expedición, que aportará importantes datos sobre el impacto del cambio global y la biodiversidad en el océano", ha señalado el presidente del CSIC, Rafael Rodrigo, quien ha remachado: "los científicos y técnicos que van abordo comparten un objetivo, hacer ciencia a lo grande".

Los investigadores del Sarmiento de Gamboa -un total de 23- analizarán en concreto la zona del Atlántico que discurre por el paralelo 24º Norte, una latitud que se ha escogido porque allí el flujo de calor que transporta el océano hacia el norte es máximo (el equivalente al calor que produce más de medio millón de centrales eléctricas trabajando conjuntamente durante un año).

Esta zona del Atlántico que discurre por el paralelo 24º Norte está situada entre Marruecos y Miami.

Según los investigadores, el Atlántico presenta un comportamiento diferente al resto de los océanos, ya que éstos transportan el flujo de calor desde el ecuador hacia los polos, mientras que el Atlántico realiza el transporte hacia el norte en todas las latitudes.

El objetivo principal será determinar la variación espacio temporal de distintas propiedades oceánicas, como el transporte de masa o calor a través de las corrientes marinas.

Los investigadores analizarán los datos obtenidos en la campaña y los compararán con los de otras misiones desde 1957.

Esta comparativa ya se ha hecho en otras ocasiones, en las que los científicos pudieron constatar que entre 1957 y 1998 la temperatura del agua aumentó y que entre 1998 y 2004 disminuyó.

Según ha explicado Eduardo Balguerías, director del IEO, si extrapolamos esto al último siglo estaríamos hablando del incremento de un grado de la temperatura y de una disminución de 0,15 grados.

Ahora se trata de constar si la temperatura del océano ha seguido bajando o por el contrario aumenta de nuevo y cuáles son las posibles causas: fluctuaciones normales del océano o, por el contrario, variaciones en el viento y en el esfuerzo de éste.

En este sentido, Balguerías ha resaltado la importancia de esta expedición, que aportará resultados científicos inmediatos.

Esta expedición nos dará "una fotografía" del estado actual de los océanos", ha detallado el director del IEO, quien ha apuntado la importancia de que también se vaya a hablar de biodiversidad.

Alonso Hernández, jefe científico de la campaña, ha precisado que en esta campaña, que durará algo menos de dos meses, se analizarán variables como la temperatura, la salinidad y el dióxido de carbono.

Para ello, se utilizarán varios instrumentos, entre ellos la roseta, un cilindro metálico equipado con 24 botellas, cada una de ellas con una capacidad de 12 litros, que los científicos del Sarmiento lanzarán al océano en 139 ocasiones.

Se prevé que ésta llegue hasta los 6.000 ó 6.500 metros, una profundidad histórica.

Además, se tirarán al mar 12 perfiladores, una especie de boya para medir también la temperatura, salinidad y presión, pero esta vez a 2.000 metros, y que envía los datos vía satélite a tierra.

Por su parte, el rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, José Regidor, ha indicado que España es tierra de mar y éste determina el clima, de ahí la importancia de su estudio.