Investigadores de la Universidad de La Laguna y del Área de Laboratorios y Calidad de la Construcción del Gobierno canario estudian el potencial de emisión de radiactividad que tienen los materiales rocosos, así como la influencia que sobre la misma ejercen las variables meteorológicas con la intención de buscar un sistema barato, "por no decir gratis", para que los usuarios de las casas cueva eliminen la presencia de radón.

El trabajo lo coordina el físico Antonio Darwich, profesor del Departamento de Edafología y Geología de la Universidad de La Laguna, quien explicó que el estudio se centra en las casas cueva, muy típicas en Canarias y que suelen estar en terrenos muy porosos y con un elevado potencial de emisión de radiactividad.

La primera prueba la realizaron en una vivienda de La Esperanza, en Tenerife, de forma que en un dormitorio colocaron instrumentación para medir el nivel de radiactividad, presión atmosférica, temperatura y humedad del aire. Comprobaron que en ciertos momentos se superaba el límite legal promedio, que es de 400 bequerelios (unidad que se utiliza para medir el nivel de radiación) de gas radón por metro cúbico.

En esta vivienda se detectaron hasta 16.000 bequerelios por metro cúbico, lo que sorprendió sobre todo por el hecho de que la casa estaba en un terreno basáltico, en el que es menor la emisión de radiactividad.

Los investigadores comprobaron que los picos de máxima radiación coincidían con borrascas, de forma que cuando había baja presión atmosférica era como si la casa "chupase" aire de la roca y con él radón. Lo interesante, señaló Antonio Darwich, es estudiar la radiación que procede del suelo, pero también la del material con el que se construyen las viviendas, en el que se incluye tanto el hormigón como los áridos, y las condiciones meteorológicas.

Las casas cueva suelen estar en terrenos muy porosos, que facilitan el transporte de radón, y que tienen un elevado potencial de emisión de radiactividad, dijo Darwich, quien afirmó que no es algo peligroso si se controla la ventilación de las casas.

Otra parte del proyecto consiste en desarrollar instrumentación propia que permita continuarlo una vez finalice la financiación y ser, además, menos dependiente de la instrumentación comercial.

"exprimir" rocas

El radón y la geología canaria

El proyecto tiene una segunda parte que consiste en ver cómo se puede utilizar el radón para medir la actividad geológica en Canarias. Para esta investigación el trabajo consiste en "estrujar" rocas para que expulsen el gas radón que contienen, algo similar a lo que se haría para sacar el agua de una esponja, señaló Antonio Darwich.

Muchos procesos geológicos comprimen las rocas debido a aumentos de presión, como sucede al acumularse esfuerzos antes de un terremoto o fluidos antes de una activación volcánica.