El hermano del Papa Benedicto XVI, Georg Ratzinger, explica en conversación con el periodista Michael Hesemann, en el libro ''Mi hermano, el Papa'' (San Pablo), que se publica el próximo 15 de marzo en España, que la noticia de la elección de Joseph Ratzinger como Pontífice, inicialmente, cayó "como un rayo" para ambos pues, los dos hermanos, muy unidos desde la infancia, ya tenían planes para su retiro.

"Cuando se dijo el nombre Josephum, Joseph, me quedé helado en lo más íntimo. Sabía que, entonces, la situación se ponía peligrosa. Estaba impaciente por saber cómo seguía. ¡Realmente, pronunció el apellido Ratzinger! Tengo que decir, con franqueza, que en aquel momento estaba bastante abatido", asegura el hermano de Benedicto XVI.

Asimismo, recuerda que, en ese momento, en su interior, pensó que era "un gran desafío, una enorme tarea para él" y se preocupó "seriamente". "No veía la pompa ni la hermosura de lo que sucedía, sino solo el desafío y la carga que significaba para él este ministerio, que ahora le exigía todo". Además, admite que estaba "triste" de que, probablemente, su hermano ya no tendría más tiempo para él.

No obstante, según cuenta, cuando llamó a su hermano por teléfono, "daba la impresión de estar bastante sereno" y le contó que, en el momento de su elección, se quedó "como si le hubiera fulminado un rayo". "Su elección era tan poco predecible, surgió tan repentinamente en la votación, que la acción del Espíritu Santo era evidente. Se entregó entonces rápidamente, pues también en eso reconoció la voluntad de Dios", asegura.

Así, a través de las 256 páginas y 47 fotografías que contiene el libro, Georg Ratzinger, relata los recuerdos de su vida: los años despreocupados de su infancia en la Alta Baviera, la piadosa educación por parte de sus padres, los ratos escuchando a su hermana mayor María, cómo superó la familia el infierno del nazismo y de la II Guerra Mundial, detalles inéditos de su vocación, su ordenación sacerdotal y su profunda relación que conservan en la actualidad.

"Joseph y yo éramos, como hermanos, un solo corazón y una sola alma. Por supuesto, también reñíamos y nos peleábamos, eso forma parte de la relación, pero, en general, éramos inseparables, y así siguió siendo toda la vida", añade.

Esa cercanía la demuestra las palabras de Benedicto XVI en el prólogo del libro en el que asegura que, desde el inicio de su vida, su hermano Georg fue siempre "no solo un compañero, sino además un guía fiable". "Constituyó para mí un punto de orientación y de referencia por la clarividencia y la determinación de sus decisiones. Siempre me indicó el camino que debía tomar, incluso en situaciones difíciles", afirma.

Además, el Papa se refiere a la alusión de su hermano en la obra al hecho de que, entretanto, han llegado "a la última etapa" de su vida, a la vejez. "Los días de vida que nos quedan se reducen progresivamente. Pero también en esta etapa mi hermano me ayuda a aceptar con serenidad, con humildad y con valentía el peso de cada día", remarca.

En el libro, escrito con motivo del sexagésimo aniversario de la ordenación sacerdotal de Georg y Joseph Ratzinger en la Basílica de San Pedro, el hermano del Papa también recuerda lo "nerviosos" que estaban el día de su ordenación pues no querían dejar "nada al azar". "Ya en la víspera, limpiamos nuestros zapatos y dejamos nuestra ropa preparada. No sé ya cómo pasamos las horas de la mañana, pero recuerdo bien cómo nos revestimos y partimos en solemne procesión desde el seminario hasta la catedral".