La situación de los enfermos que reciben cuidados paliativos y la mejora de estos métodos fueron abordados la semana pasada en el marco del III Curso Avanzado de Cuidados Paliativos, organizado por la Asociación Canaria de Cuidados Paliativos, el Colegio de Médicos de Santa Cruz de Tenerife y miembros de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria. El ciclo contó con la participación de diversos expertos, entre ellos, Josep Porta, médico del Instituto Catalán de Oncología.

¿Hay nuevos avances en los cuidados paliativos?

Se ha avanzado en algunos aspectos de los pacientes de cáncer, como el impulso de los cuidados a personas con enfermedades crónicas evolutivas que les van a llevar a la muerte que se ha realizado desde hace cuatro años. Así, se están llevando iniciativas para poder detectar lo más precozmente a este grupo de población y poderles ofertar unos cuidados paliativos de calidad y lo más próximos a sus domicilios.

Aun así, ¿queda mucho por hacer en este campo?

Sobre todo en la organización entre los diferentes agentes que intervienen en los cuidados paliativos, como aquellos referidos a los aspectos sociales, psicológicos y espirituales (en el sentido de deseos). La parte sanitaria puede estar más o menos cubierta, pero y lo demás ¿qué?. En este sentido, una buena atención psicológica es un aspecto en que queda mucho por mejorar. Por ello, es muy importante fijar elementos de planificación avanzada de este tipo de cuidados.

¿Se registran muchos casos de peticiones de eutanasia?

Eso ocurre muy poco. Nosotros tenemos 1.200 enfermos de cáncer y el tema de la eutanasia es un tema absolutamente minoritario. Pese a su repercusión social y mediático, desde la perspectiva diaria no surge, al menos con cáncer. Hay muchos enfermos que no quieren estar sufriendo y te dicen que cuanto antes mejor, pero de eso a que pidan la eutanasia es un tramo muy largo. La gente no quiere sufrir, pero el tema farmacológico, la estructuración de los equipos y la atención psicosocial, que están mejorando mucho, hacen que sean muy pocos casos.

Entonces, ¿se podría hablar de los cuidados paliativos como el antídoto de la eutanasia?

La eutanasia es una petición que tiene su sentido porque la gente no quiere padecer. Pero cuando hay una organización en la sanidad que atiende específicamente de una forma multidisciplinar los problemas que surgen realmente, no solo el dolor, sino todo lo que hay alrededor, esas peticiones caen en picado. Es verdad que hay otros colectivos que han luchado por todo esto, pero ha habido momentos en el que el discurso de la eutanasia estaba más en auge pero ahora se ha ido apagando, al menos en oncología.

¿Qué opina de la Ley de muerte digna?

Esto se aprobó el verano pasado, cuando hubo una especie de llamarada, aunque ahora no sé qué ha pasado. Regular por ley una buena atención médica o sanitaria es muy difícil. Puede haber un esfuerzo exigido por el legislador a las autoridades, pero no sé si debería ser más en inversión y menos en regulación. Leí la ley y no encontré nada que no se pudiera hacer sin ella. Es como intentar regular la atención del dentista.

¿Han aumentado los beneficiarios de cuidados paliativos?

Los cuidados paliativos no son un tema paralelo al servicio nacional de salud; están integrados en todas las políticas sanitarias de cada autonomía. Están dentro de la propia sanidad pública, y están más o menos desarrollados dependiendo de la comunidad autónoma. Por ello, los beneficiarios dependen de la región.