Un equipo de investigadores ha logrado por primera vez monitorizar el cerebro de un embrión de pollo y ha constatado que la actividad cerebral superior (ejecución de tareas complejas) comienza mucho antes de la eclosión del polluelo.

Esta es una de las principales conclusiones de un estudio que se publica hoy en la revista científica Current Biology.

En él han participado Evan Balaban (McGill University, Montreal), Manuel Desco (Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid) y Juan José Vaquero (Universidad Carlos III de Madrid).

Los investigadores han logrado despertar al embrión de pollo al exponer al animal a un sonido que tendrá un significado cuando nazca (por ejemplo, el sonido de una gallina que alerta de un peligro).

Sin embargo, han comprobado que no ocurre lo mismo cuando el sonido es un ruido muy similar pero sin significado para el pollo.

Estos hallazgos tienen implicaciones tanto para el avance en la comprensión del desarrollo del cerebro del pollo como para el caso de los fetos humanos, según los autores de este trabajo.

Y esto es así, según los investigadores, porque los pediatras se cuestionan todavía los efectos que puedan tener estímulos externos -como la música- sobre un cerebro todavía en formación.

Esta demostración de que el cerebro alterna entre los estados de vigilia y sueño (que es el ciclo normal de un cerebro adulto) mucho antes de lo que se pensaba y la capacidad de reconocer un estímulo externo y despertarse, indican que en el cerebro del embrión ya se están desarrollando circuitos capaces de monitorizar el entorno de igual manera que lo hace un cerebro adulto, según los científicos.

Todas estas características empiezan a aparecer en el último cuarto del desarrollo del período de incubación del embrión.

Para llevar a cabo este trabajo se adaptó, según los científicos, una técnica "en la que España es pionera": la tomografía por emisión de positrones y rayos X (PET/TAC) preclínica, una técnica no invasiva con la que se consiguen imágenes tridimensionales de la función cerebral en modelos animales con resolución sub-milimétrica.

"Por primera vez hemos diseñado un procedimiento por el cual podemos observar y medir los cambios de actividad cerebral del embrión oscilando entre fases de sueño y vigilia sin interferir con su desarrollo normal", ha declarado Juan José Vaquero.

Se ha podido estudiar el proceso con "gran detalle", según Manuel Desco, quien no obstante ha apuntado que para llegar al modelo humano queda mucho por hacer en otros mamíferos.

Desco ha detallado además que aún no se sabe con exactitud cuándo comienza el cerebro humano a realizar tareas complejas.

"Que haya cierta actividad eléctrica cerebral -en el feto- no indica que sea actividad superior", según este científico, quien espera que este trabajo pueda contribuir a dilucidar este asunto.

Para Evan Balaban, estos hallazgos pueden ayudar a comprender los complejos procesos de aprendizaje en fetos y neonatos.