El grupo de Supresión Tumoral del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), liderado por Manuel Serrano, ha descifrado una de las rutas moleculares empleadas por las células de cáncer de pulmón, y a partir de esta información ha identificado un fármaco en fase experimental que bloquea el crecimiento de estos cánceres en ratones.

El cáncer de pulmón representa uno de los cánceres más graves y con mayor mortalidad. Concretamente, en España se registraron más de 20.000 defunciones por esta enfermedad en 2010, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

No obstante, a pesar de los progresos alcanzados en la biología molecular del cáncer de pulmón durante los últimos años, todavía no se conocen con exactitud los mecanismos que utilizan estas células tumorales para crecer y diseminarse por el organismo.

Este vacío de información es una de las principales causas por las que el abanico de posibilidades terapéuticas disponibles en la actualidad es aún muy reducido, y con elevados efectos secundarios.

Desde que en el año 2004 se identificase la proteína Notch como un mediador muy importante en el desarrollo de las leucemias, muchos han sido los esfuerzos para estudiar su posible papel en otros tipos de tumores.

A finales de la pasada década se descubrió que Notch también participa en el desarrollo de cáncer de páncreas y de pulmón, lo que la ha convertido en un foco activo de investigación para combatir estas enfermedades.

En este estudio, publicado en la revista "Cancer Cell", el equipo de Serrano ha identificado las rutas moleculares por las que Notch regula la proliferación de las células del cáncer de pulmón. "Hemos descubierto que esta proteína coopera con el oncogén Ras, un elemento clave en la formación de este tipo de tumores", declaró Serrano.

Los investigadores también han estudiado el efecto terapéutico en ratones de un tipo de fármacos experimentales que bloquean eficientemente a Notch, llamados GSIs (por sus siglas en inglés). Con esta finalidad, los autores del trabajo utilizaron ratones modificados genéticamente previamente desarrollados por el jefe del grupo de Oncología Experimental del CNIO, Mariano Barbacid, y que recapitulan muy fielmente el cáncer de pulmón humano.

"Después de 15 días de tratamiento, los tumores de estos ratones dejaron de crecer sin efectos secundarios graves", apuntó el primer autor del estudio, Antonio Maraver.

Los fármacos tipo GSIs empezaron a desarrollarse hace más de 15 años, cuando se pensaba que podían ser de gran utilidad para tratar la enfermedad de Alzheimer.

A pesar de que se ha visto que no son eficientes para frenar esta enfermedad neurodegenerativa, el descubrimiento de que bloquean Notch ha despertado de nuevo su interés.

El conocimiento detallado de sus propiedades farmacológicas adquirido durante estos años permite que se puedan empezar a utilizar en ensayos clínicos contra el cáncer de una manera inmediata.

Los ensayos terapéuticos paralelos en ratones y humanos se denominan ensayos coclínicos y son la última frontera en la investigación biomédica. Este tipo de ensayos permite que la información obtenida con ratones se traslade inmediatamente a los ensayos realizados en paralelo en humanos.

Este ha sido el caso de esta investigación en ratones, que está siendo acompañada por un ensayo clínico en humanos dirigido por Manuel Hidalgo, director del Programa de Investigación Clínica del CNIO.